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Peleas de gallos con el dinero de Medio Ambiente

El Seprona ha denunciado al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma por emplear, presuntamente, una subvención del Ministerio de Medio Ambiente para la construcción de un recinto para peleas de gallos en la capital palmera. El pasado mes de julio, un grupo de vecinos avisó a la Guardia Civil de que se había instalado una gallera en un inmueble municipal.

El edificio fue construido con cargo a una subvención de 166.000 euros, procedente del Ministerio de Medio Ambiente, dentro de las partidas destinadas a la Reserva Mundial de la Biosfera. Se encuentra en la zona de La Portada y se trata de un centro de usos múltiples en donde se ubica la sede de una de las galleras de mayor tradición de la isla, denominada Gallera Nueva.

La Fiscalía de la Audiencia Provincial ha pedido al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma la documentación relativa a la construcción del edificio. Mientras, la policía judicial está investigando si la corporación ha cometido un delito de prevaricación.

El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Ramos (PSOE), reconoció que existe la denuncia, pero asegura que se trata de una actuación del anterior grupo de Gobierno, del nacionalista Juan Ramón Felipe, quien habría facilitado la nueva sede para la gallera.

Permisividad legal

Canarias, junto con Andalucía, es la única comunidad que tolera las peleas de gallos. De hecho, en el archipiélago existe una larga tradición en este tipo de espectáculos con animales, lo que supone uno de los asideros de los que se sirvió el Parlamento canario para aprobar en 1991 una ley para la protección de los animales. Paradójicamente, en esa legislación se califica de "especialmente indeseable, la posibilidad legal de hacer negocio lucrativo de espectáculos basados fundamentalmente en el maltrato, sufrimiento y muerte de animales".

Sin embargo, la ley hace una excepción con las riñas de gallos y solo prohíbe "el fomento de estos espectáculos por las Administraciones Públicas, no autorizando nuevas instalaciones, y, especialmente, no favoreciendo la transmisión de estas aficiones a las nuevas generaciones mediante la exigencia de que se desarrolle en locales cerrados y prohibiendo su acceso a los menores de 16 años".

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