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CIENCIA

Pese al aumento de las temperaturas observado en los últimos años, la Tierra camina hacia una era glacial

A pesar de este largo y cálido verano, los científicos insisten en que la Tierra está atravesando, en términos comparativos, una era de nevera o preglacial, pero que la quema de combustibles fósiles genera una cantidad de anhídrido carbónico suficiente para enmascarar este hecho y hacer que el clima tienda a ser más cálido, similar al de hace millones de años. Esta teoría ayudaría a explicar por qué, como han propuesto diversos autores en los últimos números de las revistas Nature y The American Journal of Science, muchos de los animales y plantas superiores evolucionaron en zonas próximas al polo Norte. Estos autores piensan que los cambios a largo plazo en el contenido de anhídrido carbónico en la atmósfera constituyen un elemento decisivo de la evolución climática.

Los cambios en la cantidad de anhídrido carbónico son los que han producido períodos prolongados de temperaturas anormalmente altas, dominados por un efecto invernadero, y seguidos por períodos de un efecto contrario que hace que las regiones polares estén sometidas a temperaturas muy bajas y pueda darse una era glacial.

En la actualidad, según esta hipótesis, el mundo está sometido a una era dominada por el segundo efecto, también conocido como efecto de nevera, aunque el aumento en la quema de combustibles fósiles está añadiendo suficiente anhídrido carbónico al aire para que el clima esté cambiando de forma gradual hacia el extremo opuesto.

Clima más cálido

Existen numerosas pruebas de que gran parte del mundo tuvo en épocas anteriores un clima mucho más cálido que el actual. Tan cálido, de hecho, que hace 50 millones de años, en las zonas de tierra firme situadas cerca del polo Norte, se daban abetos gigantescos, caballos y cocodrilos. Los especialistas en meteorología dicen que la Tierra estaba caliente porque existía mucha más cantidad de anhídrido carbónico en la atmósfera que en la época actual, y este gas absorbía la radiación que de otra manera se hubiera reflejado hacia el espacio.Tal efecto invernadero pudo haber calentado el clima de la Tierra como lo ha hecho en Venus, donde la atmósfera contiene tanto anhídrido carbónico que la superficie del planeta tiene una temperatura de varios centenares de grados. A pesar de que el nivel de anhídrido carbónico en el aire está aumentando de forma continua debido a la combustión de carbón, gas natural y productos procedentes del petróleo, todavía no se acerca ni con mucho a los niveles que se cree existían en otras épocas.

Una explicación de su aparente abundancia en la época entre hace 50 millones de años y 150 millones de años es que la intensa actividad volcánica que tuvo lugar durante el período cretácico lanzó grandes cantidades de anhídrido carbónico a la atmósfera y la inundación de los continentes impidió que desapareciera del aire. En esa época, el supercontinente Pangaea estaba fragmentándose en los continentes actuales, y se estaban formando nuevos océanos, tales como el Atlántico.

Intensa actividad volcánica

El alto nivel de las aguas se justifica por la actividad volcánica submarina. Esta actividad volcánica produjo un gran incremento de anhídrido carbónico en la atmósfera de dos maneras: lanzando el gas directamente a la atmósfera y sumergiendo grandes áreas de terreno. El anhídrido carbónico del aire se combina con los silicatos para producir minerales tales como la dolomía, pero al encontrarse sumergidas grandes zonas esta recombinación disminuyó en gran medida.Según las teorías ahora hechas públicas en las revistas citadas, las pruebas del aumento periódico del anhídrido carbónico en la atmósfera se encuentran en la estructura cristalina de diminutas esferas de carbonato cálcico que cayeron al océano durante diversas épocas de la historia de la Tierra. Cuando el nivel de anhídrido carbónico era alto, estos granos, que forman las llamadas calizas olíticas, estaban formadas predominantemente por calcita, mientras que en otras épocas, incluida la actual, han sido del tipo aragonito.

Simulación por ordenador

La era precámbrica, hace más de 600 millones de años, y el período pérmico, hace 250 millones de años, fueron, como la actual, épocas de aragonito. Los largos períodos intermedios fueron presumiblemente dominados por el anhídrido carbónico y coincidieron con la formación a escala mundial de estructuras graníticas probablemente asociadas con intensa actividad volcánica e inundación de los continentes.El científico Robert Berner, de la universidad de Yale, uno de los autores de los trabajos publicados, señaló en una entrevista celebrada la pasada semana que el aumento de anhídrido carbónico en la atmósfera como explicación del caluroso clima del período cretácico ha sido apoyada por una simulación efectuada por ordenador por Eric Barron, del Centro Nacional de Investigación de la Atmósfera de Boulder, estado de Colorado.

Barron, a su vez, explicó que las simulaciones por ordenador del comportamiento atmosférico en ese momento dieron temperaturas de 19º C a 22º C superiores a las actuales en el Ártico y, sin embargo, los datos procedentes de estudios geológicos indican temperaturas de 34º C a 44º C superiores. Pero Barron observó que, si incrementaba el contenido de anhídrido carbónico en el aire en su modelo de ordenador, éste indicaba un aumento de las temperaturas cercano a las conclusiones de los geólogos, mientras que las temperaturas ecuatoriales no eran mucho más altas que en la actualidad.

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