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Portugal se acerca a la vanguardia de la investigación del cáncer

El legado de António Champalimaud permite financiar los 150 millones que ha costado la obra

Las más altas autoridades de Portugal y dos premios Nobel de Medicina -James Watson (1962) y Susumu Tonegawa (1987)- inaugurarán el martes en Lisboa el Centro Champalimaud de lo Desconocido, que colocará a este país, sin tradición científica de primer nivel, en la vanguardia mundial de la investigación sobre el cáncer, con 300 científicos y un centenar de médicos. Con una inversión superior a 120 millones de euros, la particularidad del nuevo complejo es que combinará investigación y atención médica. "Es un caso prácticamente único. Los pacientes podrán ver a los investigadores trabajando en los laboratorios. Y a su vez, los investigadores verán a los pacientes ingresar en el hospital", dice el director del centro, Raghu Kalluri, profesor de medicina de la Universidad de Harvard.

El edificio ha sido pensado y construido con este objetivo, en un lugar espectacular junto al río Tajo. Desde la recepción se puede ver, a través de una cristalera, una parte del gigantesco laboratorio. El diseñador del centro es el arquitecto Charles Correa, indio de Goa, antigua colonia portuguesa, autor del mayor centro de investigación de neurología del mundo, en el MIT. "En la recepción hay lo que llamo la ventana de la esperanza, porque los pacientes ven a su llegada no sólo a los médicos sino también a los investigadores", comenta este urbanista de prestigio mundial.

El programa estrella del centro Champalimaud estará dedicado a la investigación, prevención y tratamiento de las metástasis, en colaboración con tres de las principales universidades de Estados Unidos -Harvard Medical School, Weill Cornell Medical College y Princeton-. "La idea es transferir el conocimiento de América a Lisboa en los próximos años. Trabajaremos con una quincena de centros de todo el mundo. Hemos recibido muchas solicitudes, de la Universidad de Chicago, de Tejas, de centros de Singapur, Alemania, Francia, Reino Unido..."

El director del centro está convencido de que es una gran oportunidad para Portugal. "Mire India. Hace 20 años, si le hubiera dicho que aquel país estaría dónde se encuentra hoy, no me habría creído. Actualmente es líder en diversos sectores. Creo que así ocurrirá en Lisboa con este centro. La conexión con universidades de todo el planeta traerá muchos expertos, para crear laboratorios que funcionarán como en Estados Unidos y otros países". Kalluri, de origen indio, dividirá su tiempo entre Boston y Lisboa.

El centro tendrá varios programas -cáncer, neurociencias, educación, formación-, y empezará por los distintos tipos de enfermedad que afectan a las mujeres, para abarcar poco a poco otras especialidades. Un comité científico internacional asesorará en la contratación de médicos e investigadores y dará pautas para crear "la mejor atmósfera". Leonor Beleza, presidenta de la Fundación Champalimaud y ex ministra de Salud, visitó universidades, fundaciones y laboratorios y habló con especialistas sobre su proyecto. Tenía un buen aval, 500 millones de euros que donó para la investigación biomédica António Champalimaud, el hombre más rico de Portugal, fallecido en 2004. El centro que se inaugura hoy es el resultado de tanto viaje. En uno de ellos, Beleza conoció al investigador catalán Joan Massagué, del prestigioso Sloan-Kettering Medical Center, de Nueva York. "Me convenció de que cada día tiene menos sentido distinguir entre investigación básica e investigación clínica. La idea de juntar a personas con experiencias y conocimientos diversos, incluyendo a quien enfrenta la enfermedad, es fundamental para lograr resultados". El hospital se pondrá en marcha en abril, con la meta de acoger unos 1.000 pacientes al año.

¿Un centro de tan alto nivel será accesible para toda la población, especialmente la de menos recursos? "No queremos hacer un centro prohibitivo para los más humildes. No nos gustaría que sólo tuvieran acceso los ricos o aquellos que vienen del extranjero", afirma Beleza, que está en conversaciones "bien encaminadas" con el Sistema Nacional de Salud portugués y las mutuas privadas, para poder atender a pacientes de toda condición social. Y subraya que el centro Champalimaud no es como cualquier centro privado de Portugal. "Somos un centro de filantropía. Todos los ingresos se reinvierten en ciencia, no se reparten entre accionistas".

El 50% de los 60.000 metros cuadrados que ocupa el centro será de uso público -jardines, anfiteatro al aire libre-, sin barreras. "Es un espacio que estará al servicio de la gente, donde los ciudadanos tendrán acceso al río en una zona donde no lo tenían".

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