_
_
_
_
_
Alerta sanitaria

"Queremos salir, no estamos enfermos"

Myrna, una turista mexicana, narra en un diario su calvario en Pekín

"Mi vuelo fue Houston-Pekín con escala en Newark... Llegué aquí, a Pekín, en el vuelo 89 de Continental. Al aterrizar nos pidieron que siguiéramos sentados. Entraron totalmente cubiertos [...] Al llegar a mí ni siquiera me tomaron la temperatura, vieron mi pasaporte, me pidieron que me bajara y me detuvieron en la puerta para tomarme fotos y vídeos para los medios locales. Fue totalmente humillante, enfrente de todos los pasajeros. Los chinos me veían y trataban como una apestada... Me subieron a una ambulancia y me dieron un cubrebocas. Después estuve esperando a que terminaran de revisar el vuelo y bajaran a otro mexicano y, más tarde, a un americano. [...]

Nos llevaron a los tres en la ambulancia a un laboratorio-móvil. Nos dejaron ahí desde las 3:30 hasta las 8:30. No nos decían nada. Sólo nos pasaron un termómetro (yo tenía 36 grados y ellos dos, 37) [...] Otro mexicano consiguió el teléfono local de la embajada mexicana. Llamamos y les contamos que nos tenían sin información ni nada. [...] Nos tenían bajo llave y nadie venía. [...] A las 8:30 aproximadamente vinieron a por nosotros y el mexicano llamó de nuevo a la embajada, donde le dijeron que nos llevaban a un hotel donde estaban otros en cuarentena. [...]

Más información
El diario de Myrna
El avión de los apestados

Llegó el representante del cónsul. Nos explicó que al lado del hotel había un hospital que era como un centro epidemiológico y nos dijo que habían tenido ahí encerrados a una familia y a una pareja (todos mexicanos) y que China nos quería tener siete días en cuarentena. Cuando entramos, él nos dio su celular. Desde entonces está en contacto con nosotros. [...]

Las dos veces que me checaron yo tenía 36 grados. Los otros dos seguían con 37. [...] El hotel esta vacío, sólo estamos los 10 mexicanos. [...] ¿Cómo le explicas a un niño sano de 4 u 8 años que tiene que estar encerrado? Ayer me quebrantó mucho el escuchar la vocecita de una de las pequeñas preguntándole a su mami: ¿Hoy sí vamos a poder ir a la muralla? ¿ahora sí? [...] La verdad es que ya no sé si estoy enojada o el cansancio va ganando. Lo único que queremos es salir. ¡No estamos enfermos, nadie tiene temperatura, tos, gripa, nada!".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_