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Patrick Steptoe y Robert Edwards: quince años de lucha contra una forma grave de esterilidad femenina

Louise Brown, la primera bebé probeta, ha comenzado su vida normal. Ya tiene dos días de edad. Su llegada al mundo es la culminación de un gran esfuerzo científico, protagonizado por Patrick Steptoe, ginecólogo, y Robert Edwards, fisiólogo de la reproducción. Aquí se cuenta la historia del trabajo que ambos iniciaron hace quince años.

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Una de cada ocho de las parejas británicas está incapacitada para procrear. Esto hace un total de 3,5 millones de mujeres y hombres. Gran parte de estas personas pueden superar su frustración merced a la utilización de la técnica usada para ayudar a Lesley Brown.Pero aún está lejos el día en que pueda decirse que los doctores se hallan seguros de la perfección del proceso seguido ahora. Patrick Steptoe y Robert Edwards están seguros de que no pasará mucho tiempo antes de que vuelva-a nacer un nuevo bebé probeta en Inglaterra.

El optimismo de ambos científicos se centra, sobre todo, en la posibilidad de que la evidencia del nacimiento de Louise Brown incline a otras personas a someterse a este tratamiento y a muchos investigadores a seguir contribuyendo a la perfección del método usado ahora.

Un proceso perfecto

La coordinación de los distintos factores que contribuyen a que se produzca un embarazo, aunque éste se prepare en un laboratorio, ha de ser perfecta. En condiciones normales una mujer ovula cada veintiocho días, catorce días antes de la fecha en que debe producirse la menstruación. El óvulo tarda cerca de tres días y medio en llegar del ovario al útero.

Durante ese tiempo el óvulo ha de pasar por las trompas de Falopio. que unen el ovario con el útero. Cuando se supera esa etapa es cuando puede producirse la fertilización del óvulo por el esperma de varón.

Una estructura defectuosa de las trompas de Falopio hace imposible el encuentro entre el óvulo y el esperma. A veces la cirugía puede remediar ese defecto, pero muchas veces el daño que sufren las trompas de Falopio resulta irreparable.

Hace quince años el doctor Steptoe pensó que el bloqueo que se produce en las trompas de Falopio podía superarse extrayendo el óvulo de la mujer, fertilizándolo en laboratorio con el esperma del hombre. manteniéndolo vivo durante unos días. hasta que se formara el embrión, e implantándolo directamente en el útero de la mujer.

La experiencia del doctor Edwards fue de inmenso valor para Patrick Steptoe. El fisiólogo sabía que un óvulo podía ser fertilizado sólo en el momento óptimo de madurez. Esto significaba que no podía haber error en la extracción: tenía que producirse en el tiempo debido. ni un sep-undo menos. Robert Edwards conocía el momento preciso en que podía producirse la fusión entre el esperma y el óvulo. Según sus investigaciones. el óvulo cambia ligeramente cuando está en disposición para ser fecundado. En 1969 consiguieron ambos la fertilización de un óvulo en laboratorio. De 56 óvulos tratados, dieciocho fueron fértiles.

El siguiente paso fue el de permitir el crecimiento de los óvulos fertilizados hasta que, en forma de blastocitos. pudieran ser introducidos con normalidad en el útero. Había que preparar entonces al útero para que recibiera este trasplante. Ese había sido siempre el principal problema. Una vez resuelto. Steptoe y Edwards decidieron que podían comenzar a poner en marcha su experimento. El resultado de su decisión ha sido estos días noticia internacional.

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