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Reino Unido nacionaliza las escuelas privadas en crisis

Brown quiere evitar que los alumnos saturen los centros públicos

Los estragos de la recesión en el Reino Unido han alcanzado también a la escuela. El Gobierno laborista acaba de estrenar un plan de rescate de los colegios privados que atraviesan dificultades financieras, a raíz de la creciente fuga hacia los centros estatales de aquellos alumnos cuyas familias no pueden sufragar las matrículas. Las escuelas que se acojan a la medida recibirán financiación estatal a cambio de renunciar a sus elevadas tasas y a los exámenes de acceso para la selección del alumnado, aunque mantendrán su independencia sobre la contratación de personal, ideario e incorporación de materias.

El proyecto, anunciado por el secretario de Estado de Educación, Jim Knight, pretende matizar el drástico aumento de solicitudes en los colegios estatales, en algunos casos superando ampliamente el número de plazas disponibles. Casi 600.000 estudiantes, que representan un 7% de la población en edad escolar, están inscritos en las escuelas privadas del Reino Unido. La crisis económica y el aumento sostenido del paro (6,1% de la población activa) han forzado a muchos padres a sacar a sus hijos de esos centros para apuntarlos en la red de educación estatal, que afronta una sobrecarga de alumnado para el próximo curso escolar, en septiembre.

Cinco colegios privados han solicitado ya la ayuda del Gobierno, que prevé un incremento de esa demanda en los próximos meses. Los centros que opten por esa fórmula pasarán a convertirse en academias, término que designa a las escuelas de segunda enseñanza financiadas por el Estado pero que siguen reteniendo la gestión privada. La matrícula está exenta de tasas y la dirección debe seguir el programa oficial en las principales materias, como matemáticas, inglés y ciencias, aunque puede incorporar otras a su albedrío. "Al menos las academias son un modo de mantener la tradición, nuestra plantilla de profesores y nuestros estudiantes", afirma Anthony Seldon, director del Wellington College.

Con ese paso, una suerte de nacionalización voluntaria de las escuelas, el primer ministro británico, Gordon Brown, se enfrenta a la reacción hostil del Sindicato Nacional de Profesores, que ha equiparado la iniciativa con el rescate de las entidades bancarias acometido en las islas y en otros países europeos. La red de academias fue promovida durante la gestión de Tony Blair -antecesor de Brown en Downing Street- como buque insignia de su nueva política educativa, destinada principalmente a facilitar plazas escolares en las zonas con escasa oferta, a menudo áreas deprimidas y con una población de bajos ingresos.

"El actual proyecto del Gobierno es la antítesis de las expectativas iniciales de las academias, que era suplir las necesidades de los alumnos de los entornos más desfavorecidos y abandonados a su suerte durante generaciones", sostiene John Bangs en nombre del sindicato de enseñantes.

"No intervendremos en los colegios privados sólo porque se arriesguen al cierre", rebatía un portavoz del Departamento de Educación y Familia, garantizando que los centros serán sometidos a un estricto proceso de selección antes de poder beneficiarse del plan. El Gobierno rechazará las solicitudes de las escuelas ubicadas en zonas donde no hay carencia de plazas escolares y exigirá a las candidatas "que ofrezcan el mismo valor al contribuyente". Reciclarse en academia, concluye Seldon, "tiene sus ventajas, pero la principal de todas ellas es no verse obligado a echar el cierre".

Gordon Brown.
Gordon Brown.

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