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Entrevista:

Rodríguez Villanueva, el 'Pigmalión" de la investigación científica

"'Es gravísimo que no se aprovechen al máximo las mentes brillantes que hay en el país"

Pregunta. El desarrollo tecnológico y científico en España se encuentra frenado, en parte, por la escasez de investigadores. ¿Con qué medios se cuenta para formar a los jóvenes como investigadores?Respuesta. La formación de los nuevos investigadores depende, en parte, de su procedencia. De los distintos caminos que hay, el más general es el de la Universidad. En segundo lugar, pueden formarse por la vía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la antigua Junta de Energía Nuclear y el Instituto Geológico y Minero. Es decir, los grandes e importantes centros de investigación. En fin, no existen otros.

Insisto especialmente en que el camino más importante para la formación de investigadores es la Universidad. El CSIC tiene una capacidad muy limitada, ahora y con unos 2.000 investigadores; en la Universidad son 45.000. Fíjese la diferencia que hay de 2.000 a 45.000. Ahí está lo malo: que la Universidad, pudiendo seleccionar lo mejor, y pudiéndoles facilitar los medios, no aprovecha esta situación, como hacen en Francia, en el Reino Unido, en casi todos los países.

P. Según esto, parece que la escasez de investigadores se debe a desidia por parte de la Universidad.

R. No, la Universidad no puede hacer más, no tiene medios. La Universidad tiene el marco. Es el sitio ideal para la formación de investigadores, de eso no me cabe la menor duda; por lo menos eso es lo que se piensa. a nivel europeo y a nivel internacional. Pero hay que facilitarle, proporcionarle los medios, los recursos humanos y económicos necesarios para facilitar esa formación.

La Universidad no puede hoy día absorber más estudiantes del tercer ciclo, debe tener ayuda de algún tipo: nombramientos, becas. Hoy no existe casi ninguna posibilidad porque las plazas existentes están saturadas. La práctica ideal que se sigue en todos los países para que los jóvenes con un expediente bueno se puedan aprovechar es la concesión de becas.

Hay una obligación moral, por parte de la Universidad, de facilitar todos sus esfuerzos, pero el Estado, por su parte, debe facilitar las ayudas económicas, es decir, las becas. Personalmente creo que es realmente gravísimos, que en el país no se aprovechen al máximo las mentes brillantes que existen Hay también diferentes organizaciones u organismos que pueden facilitar esa provisión de becas. Y ahí es donde está el meollo de la cuestión.

P. ¿Se refiere al sistema de con cesión de becas?

R. Normalmente esas becas las provee el Estado a través del Ministerio de Educación y Ciencia que las convoca ahora, en el mes de septiembre, para que puedan concederse en enero. De aquí a enero se hace la selección. En este punto es donde intervienen bastante decisivamente las universidades, puesto que el orden de prioridad de adjudicaciones es por los méritos personales recogidos en el expediente académico.

De otro lado, existen también posibilidades de conseguir becas, fundamentalmente en el área biomédica, del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Éste es otro capítulo, en fin, muy importante. Es bastante selectivo y, además, es un campo por donde habría que incidir mucho en España. Los grandes hospitales que tenemos realizan muy poca investigación y, habiendo en ellos magníficos especialistas, no hay ocasión de formar allí a los jóvenes.

Irradiar la ciencia

Además de esto, no hay lugares desde donde se irradie la ciencia. Me preocupa mucho la absorción que actualmente se está produciendo, por parte de la Seguridad Social, de los hospitales clínicos universitarios. En los hospitales clínicos universitarios, lógicamente, el profesorado tiene que leer revistas y libros especializados. Naturalmente, yo no digo que esto no se haga también a nivel de la Seguridad Social, pero se hace menos. Su trabajo es más una labor de rutina, aunque haya magníficos especialistas.

P. Ha mencionado el caso concreto de que en los hospitales hay poca gente investigando. Se da el agravante, además, de que apenas hay contactos entre unos y otros grupos; en definitiva: no existe coordinación. ¿Qué es más grave, la escasez de científicos o la desconexión entre los grupos que están trabajando? R. Totalmente de acuerdo, no existe coordinación. Por eso, si los hospitales clínicos universitarios se desgajan y no siguen integrados en el sistema educativo, podría ser muy grave, muy grave. Esto, insisto, me preocupa mucho con vistas a la formación de las futuras generaciones de jóvenes médicos y especialistas. La pregunta que me hizo usted era ¿la desconexión ... ?

P. ¿Escasez o desconexión?

R. Bueno, yo creo que quizá lo segundo es un círculo vicioso. Ambas cosas son muy importantes. Ahora, ¿por qué hay escasez en un sistema educativo español, donde hay 800.000 estudiantes en la Universidad, donde todos los años pues terminan 150.000 o algo así? Y no me diga usted que no hay un número en cada promoción, en cada facultad o escuela superior, un número tremendamente valioso que habría que seguir ayudándoles, dándoles la formación especializada. Mandándoles luego al extranjero, recuperándolos.

Lo que ocurre es que hasta ahora ha habido un vicio o, si se quiere, un círculo vicioso, en el sentido de que se cree que todos los que: entran en la Universidad tienen. que quedar en la Universidad., ¿Por qué ha de ser así? Al contrario, hay que proyectarlos. La Universidad es un lugar de formación. ¿Por qué no han de ir a industrias privadas, o a la Administración, a los centros del INI, donde hace falta tanta gente con mentalidad investigadora?

P. ¿Usted cree, entonces, que el que haya tan pocos investigadores se debe, en parte, al hecho de que la Universidad acapara a los estudiantes como una madre que atrapa a sus hijos?

R. Bueno, yo no sé si han sido acaparados; yo creo que han sido los interesados los que, con frecuencia, han querido quedar en puestos de la Universidad.

P. ¿Porque es más cómodo?

R. Claro, porque implica menos riesgos. Es lo que está ocurriendo ahora con los puestos de funcionariado en la Universidad. Es un gravísimo error de la ley de Reforma Universitaria (LRU), y esto quiero destacarlo, el transformar a todos los jóvenes investigadores de este país en funcionarios desde los 23, 24, 25 años.

Démosles posibilidades para competir, para formarse, para luchar y competir en el campo científico con otros investigadores. Y, entonces, lo lógico es que, pasado un tiempo, la gente aspire a tener una estabilidad. Esto es lógico, por las familias o por razones de edad pero no tan temprano como se está haciendo. Yo creo que eso va a ser nefasto. Quita posibilidades frustra.

'Fracaso del éxito'

P. ¿Cuáles serían esas posibilidades que actualmente no se les ofrecen?

R. En la política de formación hay una experiencia enorme a nivel internacional. En el sistema alemán, por ejemplo, absolutamente todos tienden a formarse en el extranjero. No sólo salen casi todos los que están haciendo el tercer ciclo, sino que, además, una proporción del 25% de los estudiantes de las universidades alemanas salen a los países europeos o a Estados Unidos. Y eso es formativo, eso da visión, da experiencia, cambia la mentalidad, se sale un poco del catetismo, del provincianismo, en el cual estamos metiéndonos de lleno ahora a través de la LRU, lo cual me parece absolutamente nefasto para la Universidad. Este catetismo es el hundimiento de la Universidad.

P. Pero en España, a la escasez de investigadores hay que añadir el problema de que los que salen a formarse fuera, o les cuesta mucho o, simplemente, no quieren regresar aquí.

R. Bueno, tenemos una serie de investigadores, concretamente en el tema de los oncogenes y su relación con el cáncer, de primerísima línea. Esto es un hecho, lo están demostrando con sus publicaciones. Me refiero a Mariano Barbacid, Eugenio Santos, Martín Zanca, Vicente Notario, Angel Pellicer, Manuel Perucho, etcétera. Lo que sí le puedo asegurar es si hoy intentáramos traer a estos jóvenes y brillantes investigadores a España, pues, o usted los asimila a un centro excelente o le puedo asegurar que en dos o tres años están absolutamente perdidos.

Yo prefiero que continúen fuera; españoles brillantes fuera, es bueno también.

P. Entonces, ¿no hay en este momento posibilidad de retorno para los españoles que se han formado fuera?

R. Bueno están retomando. De nuestro grupo han retornado la mayoría; están ocupando plazas y trabajando. Las posibilidades de regreso dependen del ambiente. Hay veces que se produce lo que yo he llamado en un artículo el fracaso del éxito. Fíjese usted: un joven de éstos, con un expediente brillante, que va y saca, una cátedra, por ejemplo, en la universidad de Murcia, o de La Laguna, en Tenerife, donde están algunos de mis discípulos. Estos jóvenes investigadores van a una universidad de provincias, encuentran un ambiente frío, no hay equipamientos de nada, no hay medios y, además, no hay personal investigador para formar un grupo; o el personal que ahí allí no tiene el nivel adecuado. Ante esto, en ocasiones se fracasa.

P. En definitiva, no existe el ambiente propicio para la investigación?

R. Eso es lo más difícil. Fíjese que dotar un departamento, incluso una biblioteca, es cuestión de dinero. El formar investigadores lleva mucho tiempo, pero es posible hacerlo. El ambiente de investigación, y sin ello no se puede ha cer investigación, es lo más difícil de lograr. Lleva tiempo, cuesta y, cuando se logra, es peligroso des truirlo. Y aquí estamos en otro grave peligro de la ley de Reforma Universitaria. A mí me preocupa mucho el desarrollo de esos nuevos macrodepartamentos. ¿Van a servir para fomentar la docencia y, la investigación o van a servir para crear guerras intestinas, como está ocurriendo. ya en muchos lugares? ¿Van a destruir los pequeños departamentos, que a veces funcionan, al unirse con otros que no funcionan, ni funcionarán nunca, y que los anexionan, pero que, en realidad, los digieren y prácticamente van a desaparecer? Esto es otro grave peligro. Esto y la selección del profesorado creo que puede hacer fracasar totalmente la reforma universitaria. Démosle tiempo al tiempo. Yo quisiera ver en cinco años la experiencia ole todo esto. No quisiera ser fatalista, porque, además, España no se puede permitir el lujo de tener una mala Universidad o malos centros de investigación.

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