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Rouco relaciona laicismo y nazismo

El líder de los obispos españoles critica el Estado moderno en su discurso ante el sínodo - Llama a los católicos a "iluminar con el Evangelio la vida pública"

El cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha impulsado en el sínodo de los obispos de Roma un nuevo despertar en la conciencia de los cristianos para "iluminar con el Evangelio la vida pública". La Iglesia debe ser fermento de las culturas modernas, y participar en la vida pública y los debates legislativos, afirmó Rouco, para oponerse al laicismo, esa gran fuente de peligros históricos: "El Estado moderno, en su versión laicista radical, desembocó en el siglo XX en las formas totalitarias del comunismo soviético y del nacional-socialismo", advirtió. Según el arzobispo de Madrid, "en la cultura de la modernidad también continuó viva y social-jurídicamente operante la visión cristiana de la vida. Incluso se produjo un retorno del derecho natural, partiendo del Ius Gentium de la Escuela de Salamanca". A pesar de ello, señaló, "la postmodernidad ha agravado la concepción moderna del hombre, de la sociedad y del orden político-jurídico en sus aspectos más negativos, dando paso al nihilismo existencial y a la dictadura del relativismo ético".

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Para Rouco, los males de esa dictadura laicista son evidentes. "El tratamiento legal dado al derecho a la vida, como si el Estado pudiera disponer ilimitadamente de él, constituye una prueba elocuente. Urge, pues, una respuesta cultural del Evangelio que, en un diálogo sincero entre fe y razón, haga presente en la vida pública la verdad de Dios Creador y Redentor del hombre: del Dios que es amor".

Rouco tomó la palabra el martes ante la asamblea sinodal y lanzó el reto de hacer que la Palabra de Dios luche contra "uno de los rasgos que más intensamente caracteriza la cultura moderna, sobre todo en el contexto euroamericano: la concepción inmanentista del hombre y del mundo, sin referencia ni explícita ni implícita a Dios Creador y Redentor del hombre". El líder del catolicismo español concluyó su discurso animando a la Iglesia a asumir que "los seglares sean protagonistas más activos" en la misión pastoral, lo que parece a la vez un reconocimiento implícito de la dificultad para llenar los seminarios, y un aplauso tácito a la ingente labor evangelizadora que desarrolla su fiel amigo y colaborador Kiko Argüello.

Al tomar la palabra en la asamblea, el doctor Nicholas Thomas Wright, obispo de Durham, delegado fraterno que acude en representación de la Comunión Anglicana, agradeció a Rouco su análisis, ya que lo consideró aplicable también a la Iglesia de Inglaterra.

Mientras, el sínodo sigue adelante con sus reflexiones sobre la Biblia y la misión de la Iglesia. Ayer, el relator, cardenal Oullet, resumió en 19 propuestas las 220 intervenciones pronunciadas hasta ahora en el aula. Oullet habló en latín, durante cerca de dos horas, y se quedó sin voz al final entre rumores de su beatificación inminente.

Entre las ideas lanzadas está la necesidad de mejorar las homilías, predicar con el ejemplo, publicar un compendio con la doctrina papal para realizar una correcta eucaristía y abrir el ministerio de la palabra a los seglares. La más moderna, en todo caso, fue la presentada por Agnes Lam, presidenta de la Asociación Bíblica Católica de Hong Kong, que sugirió al Papa que abra un blog en varios idiomas para "pastorear al mundo de hoy".

La extensión de las sesiones obligó a reducir sus discursos (duran cinco minutos como máximo) tanto a Rouco como al arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares (que habló de catequesis), y aplazó las intervenciones de los invitados del Papa, entre otros la de Kiko Argüello, líder del Camino Neocatecumenal, uno de los movimientos más citados como ejemplo de estrategia para relanzar la Palabra de Dios.

El cardenal Rouco, en su reunión con Rodríguez Zapatero el pasado 1 de agosto.
El cardenal Rouco, en su reunión con Rodríguez Zapatero el pasado 1 de agosto.ULY MARTÍN

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