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Luchadores contra el cambio climático

Schwarzenegger sigue la estela de Gore

California da la espalda a Bush y quiere reducir el 25% de gases de 'efecto invernadero' en 13 años

Deshielo, desertización, aumento del nivel del mar... Mientras Europa se prepara para los riesgos del cambio climático, la Administración de George W. Bush ha dado la espalda al Protocolo de Kioto y sus medidas de reducción de emisiones de efecto invernadero. Un rechazo que ha encontrado un sonado disidente en la figura del gobernador de California, el republicano Arnold Schwarzenegger.

La 'ley Pavley' es sinónimo de la lucha para proteger el medio ambiente
California quiere dar ejemplo sobre cómo luchar contra el cambio climático
El fiscal general del Estado ha demandado por sus emisiones a los grandes del coche
California, la sexta economía mundial, es el 12º emisor de gases de 'efecto invernadero'
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Con su apoyo se ha aprobado una ley que establece que California, la sexta economía del mundo, debe reducir para el año 2020 sus emisiones de gases de invernadero a los niveles que existían en 1990 (un 25% menos que ahora). La norma, impugnada por la industria del automóvil, ha sido imitada por otros 10 Estados, entre ellos Nueva York.A Fran Pavley, de 57 años, madre de dos hijos, ex profesora de octavo grado de Historia de Estados Unidos y, hasta hace unas semanas, legisladora estatal en California, no la reconocen ni por la calle ni en los múltiples eventos sobre el cambio climático a los que asiste como invitada especial. Sea en conferencias en México, China o la misma California, Pavley se desplaza con el anonimato de quien más parece la abuela de los hijos del principal orador que una de las figuras centrales del evento.

Recientemente, Pavley fue a una de estas conferencias en San Francisco, con legisladores y políticos de 20 Estados de todo el país, donde se discutió durante horas la ley que lleva su nombre, sobre lo revolucionario que ésta es para California y Estados Unidos y sobre cómo aplicarla a otros Estados y ciudades. "Nadie me conocía personalmente, pero todos conocían la ley", explicó en una entrevista en el local de lo que será ahora su nuevo empleador, el Consejo para la Defensa del Medio Ambiente.

El apellido Pavley se ha convertido en sinónimo de la lucha y los avances de California en la protección al medio ambiente, en particular en la reducción de los gases del llamado efecto invernadero. Un esfuerzo al que se ha sumado con entusiasmo el gobernador Arnold Schwarzenegger, que sigue la estela del ex vicepresidente Al Gore, convertido en apóstol de la lucha contra el cambio climático.

En el que fue su último año en la legislatura de California, de un total de seis, Pavley fue la autora de la llamada Ley de Soluciones al Calentamiento Global, o Ley AB 32, firmada en septiembre por Schwarzenegger y considerada la más avanzada legislación en Estados Unidos para hacer frente al calentamiento global.

La ley establece que California, la sexta economía del mundo, debe reducir para 2020 sus emisiones a los niveles de 1990, un recorte de un 25% del nivel actual. Con la Ley Pavley, California marca de nuevo el paso en asuntos medioambientales en EE UU. Es la primera vez que se han aprobado en el país techos obligatorios sobre emisiones de plantas generadoras de energía, refinerías de petróleo y fábricas. "No podemos decir a los otros Estados y ciudades lo que deben hacer, pero sí mostrarles el ejemplo", añade Pavley, quien recuerda cómo hace años la atacaron las empresas petroleras y las fabricantes de automóviles por otra ley, también de su autoría y aprobada en 2004, que regulaba las emisiones de dióxido de carbón de los vehículos vendidos en California. "Queremos que el Gobierno Federal ponga en práctica los límites que ha impuesto California".

En la discusión legislativa de la ley de 2004, hubo miles de llamadas al Capitolio en Sacramento, la capital del Estado, contra esta legisladora demócrata: "No perdí el sueño, hice lo que debía hacer".

Ahora diez Estados -entre ellos Nueva York, Nueva Jersey y Oregón- han copiado la ley Pavley sobre las emisiones de vehículos. Canadá también siguió el ejemplo. Según la ley, para 2016, pero empezando con los modelos de 2009, los fabricantes deberán haber reducido en un 30% las emisiones en los coches vendidos en California.

La ley, sin embargo, está pendiente de ejecución por una demanda en un tribunal federal interpuesta por los fabricantes de automóviles y distribuidores. Alegan que, al regular las emisiones, California está utilizando un mecanismo alterno -una puerta trasera, según varios comentaristas- para controlar la eficiencia del uso de combustible en los automóviles, asunto que, según los demandantes, le corresponde al Departamento de Transporte del Gobierno Federal. Un tribunal federal con base en Fresno (California) estudiará el caso en las próximas semanas.

"Las compañías de automóviles nunca quieren que se les regule", explica Pavley, quien recuerda que esta otra ley también depende de un juicio del Tribunal Supremo de Justicia, y en el que varios Estados, entre ellos California y Massachusetts, han demandado a la Agencia de Protección del Medio Ambiente para que declare al dióxido de carbono como contaminante y, en consecuencia, regule sus emisiones.

Como con las emisiones de gases de efecto invernadero, tema en el cual la Administración de George W. Bush se resiste a seguir el ejemplo californiano y también rechaza los parámetros del Protocolo de Kyoto, en el juicio sobre las emisiones de dióxido de carbono su posición es que el Gobierno Federal no tiene autoridad para regularlas.

Pero aun con estos obstáculos legales, California va por delante del resto del país en cuanto a protección al medio ambiente. Bien sea en la conservación de recursos naturales (cuánto petróleo se extrae, por ejemplo), en establecer altos estándares para la utilización de energías renovables (eólica, solar...) o en fijar estrictas normas para aprovechar la energía (en construcción de edificios, fabricación de frigoríficos, lavadoras...) y, por supuesto, en los límites a las emisiones, el Estado Dorado, como se le llama, es diferente.

"Históricamente, California ha estado a la vanguardia en el área de la protección al medio ambiente, y ahora lo está en particular respecto a lo que se refiere al calentamiento global", señala Jason Bardose, experto de la organización California para el Medio Ambiente. "Ya desde los años sesenta del pasado siglo, cuando se aprobó la Ley [federal] del Aire Limpio, California obtuvo permiso para establecer diferentes y más altos estándares que el resto del país".

Éste fue el primer Estado en adoptar los catalizadores, que neutralizan notablemente el humo contaminante que emiten los tubos de escape de los automóviles. Además, tiene las más estrictas regulaciones para los fabricantes de frigoríficos, aparatos de aire acondicionado, calentadores de agua e incluso cosas de las cuales casi no se habla o se piensa que pueden ayudar en la conservación de energía, como los cargadores para las baterías de los teléfonos móviles.

"Por su tamaño, número de habitantes y poder económico, California tiene una posición única en la nación", señala Pavley. "Lo que aquí sucede en materia de protección al medio ambiente afecta al resto del país". Pavley formó parte de una legislatura estatal dominada por los demócratas, lo que facilitó la aprobación de las dos leyes que llevan su nombre. En la segunda, sin embargo, -la de los límites a las emisiones de gases de efecto invernadero, la que ha hecho que su nombre sea tan conocido- Pavley tuvo un aliado inesperado: el gobernador republicano Arnold Schwarzenegger.

El famoso ex actor de cine -quien no cobra un centavo por su trabajo al frente de los asuntos de California- dio lustre a sus credenciales como político moderado capaz de trabajar con la oposición, y de ser alguien preocupado por asuntos como el cambio climático al apoyar y firmar la ley Pavley. El gobierno de Schwarzenegger, además, ha defendido en los tribunales la primera ley Pavley sobre los límites en las emisiones de elementos contaminantes frente al ataque de las compañías fabricantes de automóviles.

En otro frente legal, aunque siempre en relación con el medio ambiente, el fiscal general de California ha demandado a las compañías fabricantes de automóviles por el daño que han causado a lo largo de los años con los gases de invernadero que emiten los vehículos que manufacturan. Son daños, detalla el fiscal, a la salud de los californianos, la infraestructura pública del Estado y al medio ambiente en general.

La demanda fue interpuesta el pasado septiembre y ha sido vista por varios comentaristas como un nuevo capítulo en el combate contra la contaminación. Es algo similar a lo ocurrido con los juicios de hace varios años en los que las compañías de tabaco fueron condenadas a pagar sumas millonarias a varios Estados por el daño que, durante décadas, causaron a la salud de los fumadores y por los costos en los presupuestos de salud pública para atender a los enfermos.

"Básicamente, lo que estamos diciendo es de simple economía. Usted debe pagar por el daño que causa", señaló en su momento el entonces fiscal general Bill Lockyer, también demócrata. "La industria del automóvil manufactura productos que son la principal fuente de dióxido de carbono en el Estado", apunta. La demanda pide "restitución monetaria" -que puede ascender a cifras multimillonarias- por daños a las reservas de agua del Estado, las costas californianas, los bosques, la vida animal salvaje y la salud pública. El nuevo fiscal general ha dicho que continuará el juicio iniciado por su antecesor.

Los demandados son las tres grandes y tradicionales compañías fabricantes de automóviles identificadas con EE UU: General Motors, Ford y Chrysler (aunque esta última es ahora de copropiedad alemana), así como las japonesas Toyota, Honda y Nissan. Las empresas han rechazado las acusaciones, que consideran de naturaleza "política" y que van mas allá de la cuestión del medio ambiente. "Este tipo de juicios abre la puerta para atacar cualquier actividad que utiliza combustibles fósiles como energía", señala Gloria Bergquist, portavoz de la Alianza de Fabricantes de Automóviles. En términos prácticos, esta actitud de simpatía o apertura hacia todo lo que tiene que ver con el medio ambiente se expresa en áreas como la venta masiva de vehículos híbridos como el Toyota Prius. En 2005, uno de cada cuatro de los 200.000 Prius vendidos en EE UU los compraron californianos. Gracias a una ley que se aprobó el año pasado para fomentar la venta de paneles solares para los hogares, y por la cual se obtiene un crédito en el pago de impuestos y una devolución en efectivo al adquirirlo, más de 7.000 casas instalaron en 2006 sistemas de utilización de energía solar. California produce ahora cerca de 200 megavatios de energía proveniente de paneles solares, cantidad que cubre las necesidades de energía eléctrica de unos 145.000 hogares (EE UU, en conjunto, produce 425).

Debido a sus propios problemas de medio ambiente, generados por su sobrepoblación, su escasez de agua y la cultura del automóvil en lugares como Los Angeles y sus alrededores, "California no puede simplemente hacer lo que otros Estados, ya que eso no es suficiente", asegura Joel Reynolds, del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales.

Reynolds tiene su oficina en un edificio ubicado en el centro de la progresista y pro medio ambiente ciudad de Santa Mónica, un inmueble construido con materiales reciclables, donde el agua del baño se procesa y utiliza de nuevo para regar las plantas, donde la energía eléctrica la generan paneles solares, y donde todo el personal se sienta y trabaja en sillas y escritorios elaborados con materiales reciclables.

"California es el duodécimo emisor de gases de invernadero en el mundo", recuerda Pavley. "Por haber estado en tanta conferencia, he aprendido que California tiene ahora una posición única, como la ha tenido en los últimos 20 o 30 años, en las cuestiones de calidad del aire y cambio climático. Hay mucho respeto por nuestro liderazgo. Nos miran como si fuéramos un país separado".

Central térmica de Niederaussem, perteneciente a la compañía eléctrica alemana RWE AG, con sede en Colonia.
Central térmica de Niederaussem, perteneciente a la compañía eléctrica alemana RWE AG, con sede en Colonia.AP
Arnold Schwarzenegger observa los cítricos destruidos a mediados de enero por un inesperado granizo.
Arnold Schwarzenegger observa los cítricos destruidos a mediados de enero por un inesperado granizo.REUTERS

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