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Selección de embriones para evitar el rechazo inmunológico de la madre

Es la primera vez que se anuncia un caso de embarazo similar en España

La selección genética de embriones es una solución válida para prevenir el rechazo inmunológico de la madre a su propio hijo por factores Rh sanguíneos incompatibles. El Instituto Europeo de Fertilidad (IEF) y Sistemas Genómicos (SG) han presentado en el Parque Tecnológico de Paterna (Valencia) el primer caso hecho público en España -y tercero con referencias en prensa especializada del mundo- en el que se ha conseguido mediante esta técnica que una mujer que había generado anticuerpos en un embarazo previo se haya quedado embarazada de un feto compatible que, en la semana 14 de gestación, se desarrolla con normalidad en el vientre de su madre.

El caso de esta pareja no es nada frecuente. El hombre debe ser Rh positivo y la mujer Rh negativo. Debe existir un embarazo previo en el que el hijo fuera también positivo. En el parto, la sangre del hijo entra en contacto con la de la madre y ésta genera anticuerpos contra el factor Rh positivo. Los problemas se dan en los hijos sucesivos, siempre que tengan el factor sanguíneo positivo, ya que la madre los reconoce como extraños y agrede a los glóbulos rojos fetales. Pero, sobre todo, es extraño porque lo normal es que las madres Rh negativo reciban una medicación hacia las 28 semanas de gestación que impide que reaccionen contra su pequeño huésped si éste tuviera un factor sanguíneo positivo.

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En este caso, se cumplieron todas estas condiciones salvo la medicación. No sólo eso, sino que, tras una primera gestación, se produjo un segundo embarazo en el que el rechazo de la madre fue especialmente agresivo. Tanto que se llegó a practicar una transfusión intraútero al feto para combatir la grave anemia que había desarrollado debido al ataque sufrido por el sistema inmune materno. El tratamiento no fue suficiente y la anemia acabó en aborto.

Ante la intensa activación de los anticuerpos de la madre y el deseo de la pareja de tener otro hijo, los especialistas les recomendaron recurrir a la selección genética de embriones. El objetivo era concebir varios embriones in vitro y, de ellos, elegir los que hubieran heredado el factor Rh negativo de la madre y, por tanto, la compatibilidad. Del proceso de selección y de desarrollo de los análisis para localizar el factor Rh en las muestras de los embriones se encargó Sistemas Genómicos. De la técnica de reprodición asistida el IEF. Finalmente, se consiguieron tres embriones, de los que sólo uno tenía el factor negativo.

Fue suficiente. El embrión seleccionado arraigó en el útero de la madre y se espera que nazca a finales de invierno.

Una aplicación poco común

Las aplicaciones más comunes de la selección genética de embriones se suelen dar en casos en los que los progenitores padecen una grave enfermedad genética incurable. Esta técnica se usa entonces para elegir entre los óvulos fecundados por un procedimiento in vitro a aquellos que no hayan heredado la enfermedad, implantarlos en la madre y cortar de esta forma con la transmisión de la enfermedad que se ha arrastrado en la familia generación tras generación. Esta circunstancia está regulada por la Ley de Reproducción Humana Asistida de 2006.

La norma contempla otras posibilidades de aplicación de la técnica. También se puede usar la selección de embriones para elegir, no sólo aquellos que hayan esquivado la enfermedad de sus progenitores, sino los que, además, presenten unos factores de histocompatibilidad (HLA) tales que la sangre de cordón obtenida de los futuros bebés pueda curar a los hermanos de la grave patología de la que ellos -los nacidos del proceso de selección- se han librado.

E incluso, en una vuelta de tuerca más, se permite la selección genética, no sólo cuando se nazca con la enfermedad o exista la certidumbre de que se desarrollará, sino cuando exista una elevada posibilidad de padecerla, como es el caso de determinados tumores hereditarios.

La ley contempla también la posibilidad de intervenir si se detectan "alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del embrión". En este apartado es donde encaja la incompatibilidad de factores Rh.

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