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Sensores en el golfo de México para detectar la contaminación invisible

Los científicos de la organización medioambiental Oceana despliegan un nuevo sistema para identificar partículas microscópicas de crudo

Aunque que la utilización de disolventes en el vertido en el golfo de México, tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, haya fragmentado las partículas de crudo hasta hacerlas invisibles, la contaminación puede estar presente en esas aguas oceánicas, no sólo en el fondo. Para estudiar la situación, un equipo científico de la organización medioambiental Oceana, dirigido por el investigador estadounidense Jeff Short, ha desplegado un sistema de centenares de nuevos sensores alrededor del lugar del accidente. Con las mediciones "obtendremos datos fiables de la contaminación real de la zona", dice este especialista. "Hay que tener en cuenta que 21 años después del desastre del petrolero Exxon Valdez en Alaska, aún quedan áreas costeras y pesquerías afectadas", añade "Y el vertido del Deepwater Horizon es muy superior".

El equipo, que está trabajando en el golfo de México a bordo del buque Oceana Latitude, ha instalado centenares de sensores de medición en líneas verticales desde la superficie del agua hasta 2.000 metros de profundidad (con detectores cada cien metros de cada línea) en 16 puntos de la zona alrededor del vertido. Los sensores se han mantenido sumergidos durante cinco días tomando datos y posteriormente se han retirado. Ahora un laboratorio independiente especializado analiza los registros y los resultados se conocerán en el plazo de un mes. Se trata de un sistema pionero para detectar la presencia de partículas microscópicas e invisibles de derivados de petróleo diseñado por Short, explica Oceana en un comunicado. También se estudia e penacho de hidrocarbutos que se detectó hace unas semanas dirigiéndose hacia el Suroeste del golfo de México a una profundidad de centenares de metros.

Short, director científico de Oceana para el Pacífico, explica que ninguna entidad ha colocado un sistema de sensores como el desplegado por ellos ahora. Este especialista en contaminación por petróleo fue uno de los investigadores encargados por el Gobierno de Estados Unidos del seguimiento de los efectos del vertido del Exxon Valdez, en 1989. Entonces trabajaba en la NOAA (Agencia Nacional para del Océano y la Atmósfera) estadounidense. Short también acudió a Galicia para estudiar la evolución de la situación creada por la catástrofe del Prestige en 2002.

"La campaña en el golfo de México se inició a principios de agosto y se prolongará dos meses más", ha explicado Xavier Pastor, responsable de la misma y director de la organización medioambiental. "Estas mediciones [con el sistema ideado por Short] serán complementarias con las inmersiones en distintas zonas del golfo por parte de buceadores de Oceana y con el uso de dos robots submarinos que pueden alcanzar los 300 y los 700 metros de profundidad respectivamente".

Los miembros de la expedición despliegan los sensores de contaminación en las aguas del golfo de México
Los miembros de la expedición despliegan los sensores de contaminación en las aguas del golfo de MéxicoOCEANA/CARLOS SUAREZ
El científico Jeff Short instala uno de los detectores de contaminación para lanzarlo al agua desde el buque 'Oceana Latitude'
El científico Jeff Short instala uno de los detectores de contaminación para lanzarlo al agua desde el buque 'Oceana Latitude'OCEANA/CARLOS SUAREZ

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