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La UE veta el mayor sistema de compra de CO2 en China por inútil

El principal sistema usado por las empresas europeas para compensar en China e India sus emisiones de gases de efecto invernadero ha resultado un fiasco. Los Veintisiete acordaron ayer prohibir a partir de mayo de 2013 el uso de créditos de carbono derivado de la destrucción del HFC-23, un gas refrigerante, porque no ha beneficiado al medio ambiente. Más de la mitad de todo lo que las firmas europeas -como Enel-Endesa- han hecho en países en desarrollo para reducir las emisiones no ha servido para nada.

El mecanismo es tan complejo como lucrativo. Las empresas se lanzaron a financiar plantas en países en desarrollo que eliminan HFC-23, un gas con un potencial de efecto invernadero 11.700 veces mayor que el del dióxido de carbono. Por cada tonelada que evitaban recibían permiso para emitir 11.700 de CO2 en su país. Así, la UE incentivó la producción de gases contaminantes en países en desarrollo sin que el resultado beneficiase al clima. Las compañías ven así cómo han invertido cientos de millones en derechos que no podrán usar. Enel-Endesa es la firma con más derechos, pero también están Iberdrola, Gas Natural, Repsol, Cepsa y Cementos Portland.

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