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Urge actuar

Hay consenso general entre los científicos sobre la urgente necesidad de diseñar y aplicar políticas de adaptación al cambio climático. El IPCC insiste en la urgencia de comenzar la adaptación tanto como en la de mitigar las emisiones para evitar mayores consecuencias. El calentamiento previsto es ya importante para las próximas décadas, y algunas medidas de adaptación tardan también décadas en ser efectivas. Por eso es urgente actuar ya. La aplicación en España del Plan Nacional de Adaptación está siendo más lenta de lo necesario. Respecto a su primera etapa, la generación de escenarios de clima futuro, hace dos años se completó una primera fase, pero desde entonces ni siquiera se ha iniciado la segunda fase planificada.

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España se retrasa en la adaptación al cambio climático

Estamos en crisis. La pregunta "¿cuánto cuesta esto?" es inevitable. Pero quizá ésa no sea la pregunta adecuada, sino "¿cuánto estamos perdiendo por no hacer esto?". El informe Stern del Gobierno británico dice que el coste del cambio climático será un 20% del PIB sin adaptación, y que adaptarse sólo costaría un 1% del PIB. Todos comprendemos que no tiene sentido, por ejemplo, elegir los árboles a plantar en un monte en base a observaciones climáticas de 1960-1990, si tenemos información (con incertidumbres pero suficientemente robusta para ser útil) de que el clima cuando esos árboles sean adultos será muy diferente. Tampoco entenderíamos afrontar un gasto (económico y ecológico) en una estación de esquí sin analizar su "viabilidad climática". En su día, la exigencia de una Evaluación de Impacto Ambiental de cada actuación en el territorio supuso un hito en la protección del medio ambiente. Ahora es necesario legislar para que todas las actuaciones cuya vida se vaya a prolongar en el tiempo se sometan a una evaluación del impacto del clima futuro. Eso también es adaptación.

Jaime Ribalaygua preside la Fundación para la Investigación del Clima.

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