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Valencia paraliza un ensayo para curar monos con lesión medular

La técnica había funcionado en ratas y se quería usar en humanos

Una de las líneas de investigación más prometedoras del Programa de Medicina Regenerativa de la Comunidad Valenciana lleva paralizada desde el 14 de julio de 2006. El ensayo buscaba confirmar en monos los resultados ya obtenidos en ratas parapléjicas como paso previo para su eventual uso en personas. Conscientes de las posibilidades de la investigación, la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) iniciaron en 2001 el proyecto. Durante el periodo 2001-2005, la Junta aportó una subvención de 594.515 euros para la investigación.

La técnica consiste en un autotrasplante de células de una parte del cerebro, llamada glía envolvente olfatoria. El proyecto comenzó en monos en septiembre de 2001 con la preparación de las células óptimas para la terapia, cirugías, estudios conductuales, neurofisiológicos y mantenimiento de los monos parapléjicos en el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia. En el momento de su interrupción, el grupo dirigido por la profesora Almudena Ramón ya había realizado un autotrasplante en un primate con lesión medular completa, y tenía a otro listo para la intervención.

La investigación contó con un informe positivo del Comité Científico Asesor del CIPF, presidido por Carlos López Otín, y fechado en mayo de 2006. En él se reconocía que el tema era "novedoso, de interés, ambicioso y de riesgo" y se recomendaba mantener el ensayo.

Pero el trabajo no pudo acabar, porque, según afirma la investigadora, el 14 de julio de 2006 se le prohibió la entrada en el centro, aunque el acuerdo firmado por el Instituto de Biotecnología de Valencia, el Príncipe Felipe y la Junta de Castilla y León no vencía hasta diciembre del año pasado.

A finales de 2006, la investigadora interpuso una querella contra el director del centro valenciano, pero el juzgado acordó el "sobreseimiento libre y archivo definitivo de la misma", aunque exime a la querellante del pago de costas del proceso.

El centro ha remitido un comunicado en el que afirma que "los hechos que la doctora Ramón ha expuesto a los medios de comunicación son absolutamente falsos", y que, "ante la gravedad de las acusaciones realizadas, y el daño causado a la imagen del centro y de su dirección, ejercitará contra doña Almudena Ramón cuantas acciones en derecho procedan".

Ahora, el trabajo se encuentra en punto muerto. Además, la investigadora se enteró a finales de año de que el animal operado había sido sacrificado, lo que impide verificar si el ensayo había funcionado. Según Rubén Moreno, director del centro, el macaco tenía un cáncer. Pero el responsable del animalario del centro admite que cuando diagnosticó el sarcoma no sabía que el mono tenía la médula seccionada. Tras enterarse, admitió que el animal podía sufrir una miositis osificante, una dolencia frecuente en personas con lesión medular.

Ramón, que cuenta con el apoyo de la Asociación de Grandes Minusválidos (Aspaym), se plantea ahora cómo reiniciar el trabajo.

H. LONGAS / EL PAÍS (Fuente: Almudena Ramón.)

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