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Zapatero "procurará mantener" su promesa de cerrar Garoña en 2011

Sebastián discrepa del presidente sobre cómo medir la vida útil de la central

Rafa Höhr

Dice el diccionario que procurar es "hacer diligencias o esfuerzos para que suceda lo que se expresa". El verbo fue el elegido por José Luis Rodríguez Zapatero para referirse al cierre de la nuclear de Garoña (Burgos) en 2011, cuando cumpla los 40 años para los que fue diseñada. "El Gobierno procurará mantener su compromiso electoral" de cierre nuclear, afirmó en el Senado a preguntas del PP.

Zapatero optó así por ponerse de perfil y alargar el suspense sobre la continuidad o no de Garoña. La decisión -la primera sobre el sector nuclear que debe afrontar el Gobierno después de cinco años de palabras- es competencia exclusiva del Ejecutivo. El informe del Consejo de Seguridad Nuclear aprobado el viernes, que avala que la nuclear funcione 10 años si invierte más en seguridad, no es vinculante.

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Es poco probable que si Zapatero piensa cerrar la planta lo anuncie en respuesta a una cuestión del portavoz popular, cediendo así el protagonismo al principal partido de la oposición. Parecería más lógico que lo revelara hoy, a preguntas del diputado de ICV, Joan Herrera, en el Congreso. Herrera lleva cinco años reclamando el calendario de cierre nuclear y el PSOE necesita sus votos en el Congreso.

Desde que llegó al Gobierno, el presidente ha lanzado mensajes antinucleares, pero ha eludido responder a preguntas concretas sobre Garoña. Ha argumentado que primero debía informar el CSN. Por eso la pregunta del portavoz popular en el Senado, Pío García-Escudero, elevó ayer al máximo la expectación de la sesión de control al Gobierno. Era la primera ocasión de escucharle tras el informe del CSN. García-Escudero pidió al Gobierno que abandone "la ceremonia de la confusión" en la que están enredados PSOE y Ejecutivo. El diputado apoyó decididamente la prórroga de la nuclear. El PP, después de años de tibieza -Aznar cerró la central de Zorita-, culmina su viraje pronuclear. "La ambigüedad, la indefinición, las simplificaciones ideológicas o los discursos ideológicos trasnochados propios de los años setenta son las menos indicadas para abordar" la cuestión nuclear, lanzó García-Escudero.

Zapatero comenzó recordando su compromiso electoral, "el cierre ordenado de las centrales conforme fuesen cumpliendo su vida útil, siempre que quedase garantizada la suficiencia del suministro". Y añadió: "Mi primer compromiso es cumplir, en este y en todos los casos, y siempre que sea posible, los compromisos adquiridos con los ciudadanos".

El presidente insistió en que decidirá antes del 5 de julio de forma motivada y que lo hará atendiendo "ante todo" a "la seguridad de la nuclear, y, más aún, tratándose de una central de las llamadas de primera generación, que se empezó a construir en los años sesenta del pasado siglo". Pero tras esa mención a la antigüedad de la planta -la menor y más pequeña de España- recordó que también tendrá en cuenta "la garantía de suministro, ya que Garoña aporta el 1,4%" de la electricidad del país y el "apoyo a las llamadas energías limpias y menos costosas". El problema no es grande pues, según Red Eléctrica, la empresa encargada de que no haya apagones, "Garoña no supone una pieza indispensable dentro el sistema eléctrico".

La ambigüedad provocó confusión. Cada uno entendió lo que quiso entender. Los ecologistas de Greenpeace celebraron que Zapatero mantenga su palabra. El sector nuclear, que sus palabras no implicaban la clausura.

Zapatero sí zanjó otro debate interno, el de qué quería decir el programa electoral al hablar de cerrar las nucleares cuando cumplieran su "vida útil". En su momento todo el mundo interpretó -y el PSOE no corrigió- que se trataba de los 40 años para los que fueron inicialmente diseñadas las centrales.

Sin embargo, el sector pronuclear del PSOE y hasta el CSN consideran que hay que redefinir la vida útil, y que en realidad es el plazo en el que una central es segura. Esa interpretación vacía de contenido la promesa electoral, ya que una central sería insegura al cumplir su vida útil y no podría funcionar en ningún caso.

Sobre Garoña, el presidente declaró ayer en el Senado: "En 2011 se cumple su ciclo de vida útil, los 40 años para los que fue diseñada". Pero minutos después y en los pasillos del Senado, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, se apuntó a la otra interpretación. "¿Cuál es la vida útil de un coche? Depende de cómo se cuide el coche. Pues en este caso, es lo mismo", declaró a los periodistas.

Sebastián está entre los que rema a favor de Garoña, como el alcalde de Trespaderne, uno de los pocos socialistas en la comarca burgalesa de la central. Ayer anunció que se saldrá del partido si el Gobierno cierra la nuclear.

Interior de la central nuclear de Garoña, en Burgos.
Interior de la central nuclear de Garoña, en Burgos.GORKA LEJARCEGI
En su primera aparición pública tras las elecciones europeas del pasado domingo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido en el Senado el compromiso del PSOE en lo que al plan nuclear se refiere y con la central de Garoña en el punto de mira. Desde la oposición se pide al Ejecutivo menos ambigüedad y más definición.Vídeo: VNEWS

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