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Burbujas de aire y agua en el ámbar alavés proporcionarán indicios sobre la evolución

Los expertos emprenden un proyecto internacional para analizar el ambiente del pasado

¿Cuándo, cómo y por qué evoluciona una especie? ¿Por qué hay periodos de la historia en que se crean muy pocos seres vivos y otras épocas en que parece haber una explosión de vida? Un grupo de científicos españoles aspira a dar respuesta a estas preguntas, o al menos acercarse a su solución. El elemento empleado como punto de partida es un yacimiento de ámbar hallado en Peñacerrada (Álava), perteneciente al Cretácico inferior (entre 107 y 114 millones de años), y que contiene burbujas de aire y agua con información clave sobre los misterios de la biología.

Lo excepcional del yacimiento alavés es que dentro del ámbar -una resina de color anaranjado- se han hallado en perfecto estado de conservación unos 1.500 pequeños animales de trece órdenes diferentes (insectos, arácnidos, moluscos e incluso fragmentos de alas de saurios voladores) que quedaron atrapados. Esto ha originado un amplio estudio para clasificar algunas especies cuya existencia se desconocía y cuyos primeros resultados se presentarán el próximo mes de octubre en un congreso internacional en Vitoria.A través de los microscopios, los científicos también han encontrado miles de burbujas de agua y aire, lo que ha dado pie a una investigación paralela. Esas moléculas de oxígeno, entre otros elementos, se han conservado durante millones de años y permiten conocer mejor ahora la atmósfera, la capa de ozono y los seres vivos del Cretácico, un periodo en que la raza humana ni siquiera era un bosquejo. Pero no sólo eso. Todos estos hallazgos ofrecen una oportunidad única para indagar en varios de los misterios de la biología, por ejemplo, en el campo de la evolución.

Los expertos cuentan a su favor con que el yacimiento se ha descubierto en un momento clave. "Ha dado la casualidad de que ha habido un avance en técnicas instrumentales", señala uno de los especialistas del equipo técnico. "Si este ámbar se hubiera descubierto hace siete años, muchas de las tareas que ahora pretendemos desarrollar serían imposibles. Pero casualmente ahora mismo podemos disponer de una serie de datos básicos y descubrimientos como los genes homeóticos (1991) y la analítica para estudiar burbujas".

Más oxígeno

Los trabajos no han hecho más que empezar. El equipo técnico acaba de elaborar un proyecto que propone unas líneas maestras por donde dirigir la investigación. En poco más de medio año de estudios, ya manejan una hipótesis acerca de la evolución. Parten de la certeza de que la atmósfera del Cretácico tenía un 35% de oxígeno (actualmente el nivel está en el 20%) y de que la radiación ultravioleta produce mutaciones. "Nos interesa saber cómo se adapta una forma de vida a un cambio climático. Esto no se sabe todavía. Nosotros", afirma uno de los responsables del equipo, "postulamos que los rayos ultravioleta del sol son los que están operando en esas transformaciones de los animales. La gran pregunta es: ¿fue una casualidad que un par de fotones, con una atmósfera dada en un momento dado, hicieron que un gusano se convirtiera en una mosca?".En su trabajo, los expertos españoles no han caminado solos. Han permanecido en contacto constante con los mayores expertos mundiales en ciertas disciplinas relacionadas con la biología. "Hemos detectado una sorpresa mayúscula en la comunidad científica y una intención de vincularse al proyecto. Nadie de los que hemos consultado nos ha dicho que no".

¿Pero tiene ese descubrimiento, tan atractivo para los científicos, aplicaciones reales? Los especialistas así lo creen, aunque admiten que será una tarea larga y que "por cada respuesta que se obtenga se plantearán dos nuevas preguntas". Aun así, confían en encontrar pistas para obtener soluciones para la industria relacionada con los materiales. Ya se han interesado en el proyecto sectores de la aeronáutica, ávidos de nuevos hallazgos sobre los secretos en la morfología de los artrópodos para poderlos emplear en mejorar los materiales aeroespaciales. "También se han puesto en contacto con el equipo español los investigadores del meteorito de Marte caído en la Antártida hace 13.000 años (ver EL PAÍS del 16 de enero de 1998). El instrumental que se empleó para analizar compuestos orgánicos puede aplicarse en las burbujas del ámbar.

Conjunto monumental

Con el fin de proteger el yacimiento alavés, las autoridades vascas lo declararon conjunto monumental el pasado día 15. Además, el volumen de información surgido a raíz del hallazgo ha obligado a organizar el primer congreso internacional sobre el ámbar. Destacan entre los asistentes previstos los autores de las siete conferencias principales: los estadounidenses David Grimaldi, G. Jr. Poinar y Curt Beck, la polaca Barbara Kosmowska-Ceranowicz, el ruso Vladimir Zherikhin, el francés André Nel y Jesús Alonso, coordinador del equipo español y director del Museo de Ciencias Naturales de Álava. El grupo científico lo completan Antonio Arillo, Vicente Ortuño, Xavier Martínez Delclaux, Eduardo Barrón y el físico Rubén Cerdán.

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