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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El abrigo americano

La afirmación del ministro de Industria, Miguel Sebastián, de que la solución a la crisis exige que compremos artículos españoles y hagamos turismo en España ha ido seguida inmediatamente de la llamada de un representante de la industria hotelera reclamando que pasemos nuestras vacaciones en España y no en el extranjero. ¿Estamos ante un resurgir de la opinión proteccionista, en favor de las restricciones al comercio y en contra de la importación? Ya los estadounidenses en la Gran Depresión de los años treinta popularizaron aquello de buy American (compre americano) y beggar-thy-neighbor (arruina al vecino o sálvese quien pueda); y lo malo es que lo pusieron en práctica. Las frases de Sebastián recuerdan tristemente aquel dicho que se contaba de Abraham Lincoln: "Yo no sé nada de economía, pero sí sé que si compro un abrigo americano, aquí quedan el abrigo y el dinero, mientras que si lo importo, aquí se queda sólo el abrigo". Tras citar la historieta, el economista P. T. Ellsworth añadía: "Lo único cierto es la primera afirmación".

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En efecto, la economía nació combatiendo el proteccionismo. El famoso libro de Adam Smith, La riqueza de las naciones, es un largo alegato en favor del libre comercio, y sus mejores discípulos no hicieron sino afinar y depurar sus razonamientos. Durante todo el siglo XIX, el debate entre librecambistas y proteccionistas fue el gran campo de batalla de la economía, en España tanto o más que en el resto del mundo. Entonces ganaron los librecambistas, y siguió una era de crecimiento; pero en la primera mitad del siglo XX cambiaron las tornas: guerras, revoluciones y Gran Depresión produjeron una vuelta a un proteccionismo radical: aranceles tradicionales, cuotas, prohibiciones, control de cambios y de capitales. El resultado fue catastrófico. El remedio no hizo sino agravar la enfermedad. Estados Unidos dio el pistoletazo de salida en 1929 con el nefasto arancel Smoot-Hawley, que fue seguido por toda clase de medidas proteccionistas en el mundo, lo que dio lugar a una reducción del comercio internacional del 66%. El desempleo se disparó.

Tras la Segunda Guerra Mundial fue volviendo el consenso librecambista y el crecimiento fue sin precedentes. Ahora, en plena depresión, ¿queremos agravarla y alargarla recurriendo a un proteccionismo miope?

Gabriel Tortella es catedrático emérito de Historia Económica de la Universidad de Alcalá de Henares.

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