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Los agujeros negros son fáciles de entender", afirma Chandrasekhar

Preocupaciones actuales del premio Nobel y mito viviente de la astrofísica

"Creo que los agujeros negros son fáciles de entender, no se trata de nada exótico", afirma con suavidad Subrahmanyan Chandrasekhar, cuyas lucubraciones a los 20 años predijeron la existencia de estas singularidades del universo que constituyen uno de los grandes misterios de la astrofísica moderna. A sus 78 años, Chandrasekhar, que obtuvo finalmente el reconocimiento mundial en 1983 de la mano del Premio Nobel de Física, es un mito viviente de la astrofísica y como tal fue acogido por la universidad de Barcelona, donde pronunció ayer una conferencia.

Chandrasekhar afirma que la existencia de los agujeros negros -fase final de la evolución de algunas estrellas que constituyen un foco de atracción gravitatoria y de los que nada, ni siquiera la luz, puede salir- fue predicha hace ya 200 años, y que está claro que si una estrella se contrae hasta cierto tamaño no tiene más remedio que convertirse en una de estas singularidades. Para predecir su existencia, igual que predijo otros estados evolutivos estelares como las enanas blancas, las estrellas de neutrones y púlsares y las supernovas, Chandrasekhar se basó en 1930 en dos teorías entonces nuevas y hasta el momento irreconciliables: la relatividad general y la mecánica cuántica. El hecho de que no le hayan podido conjugar todavía ambas teorías no parece preocupar mucho a este premio Nobel, que piensa que la teoría de la relatividad general, a cuyo abordaje desde el punto de vista físico ha dedicado las últimas décadas, tiene tantos efectos sin estudiar que hay trabajo de sobra.

La relatividad

Chandrasekhar, que procede de una familia de grandes matemáticos y físicos, es, según Ramón Canal, director del departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica de la universidad de Barcelona, el astrofísico más eminente de nuestra época. Lo que resulta muy fácil para este ciudadano norteamericano nacido en 1910 en lo que hoy es Pakistán, y educado en el Reino Unido, no lo es tanto para el hombre de la calle, para quien la teoría de la relatividad general sigue siendo un misterio.Chandrasekhar intentó acercar ayer la relatividad general a su auditorio estudiantil, y dio una muestra de cómo trabaja un físico teórico, que se imagina constantemente nuevas situaciones con la sola Ayuda de la mente. Su infraestructura de apoyo se limitó a tres espartanos dibujos realizados por él mismo. Anteriormente, el físico norteamericano había afirmado que, desde los años sesenta, no existe duda alguna en el plano teórico de que el universo actual procede de una singularidad, lo que se conoce como la gran explosión o Big Bang. Las dudas posteriores, expuestas, por ejemplo, por el físico británico Stephen Hawking, se refieren más bien, explica Chandrasekhar, a si esta singularidad que produjo la creación del universo la permite la teoría cuántica.

Descendiendo a cosas más concretas, si se puede hablar así de estrellas situadas a millones de años luz de la Tierra, Chandrasekhar acepta como cierta la detección de una estrella de neutrones pulsante (púlsar) en los restos de la explosión, hace dos años, de la supernova 1987A. El descubrimiento del púlsar fue anunciado por un equipo norteamericano en el mes de febrero y no ha podido ser confirmado posteriormente.

Aunque se trataría de la primera vez que se observase en directo la evolución estelar que Chandrasekhar predijo en los años treinta, al premio Nobel le interesan más -seguramente porque no tiene duda alguna sobre la teoría que elaboról- las extrañas características del supuesto nuevo púlsar. Su rapidísima velocidad de rotación y el hecho de que parece tener un compañero son datos que podrían, explica, dar detalles nuevos sobre la naturaleza de las estrellas de neutrones.

La fusión

"Todo el conocimiento nuevo esencial está relacionado con la física", afirma también Chandrasekhar, que no desprecia la experimentación realizada en el campo de las altas energías a través de gigantescos aceleradores de partículas sobre la su-. perficie terrestre. Piensa, sin embargo, que la observación del universo, y especialmente de las fuentes de rayos X, puede resolver todavía muchos problemas teóricos.Sobre la fusión a temperatura ambiente recientemente anunciada, Chandrasekhar, tan acostumbrado a estudiar fenómenos de fusión en el interior de las estrellas, se muestra modesto. "No es mi campo, sólo puedo decir que en teoría no parece probable este fenómeno, pero mi opinión no es importante, lo importante son los hechos que finalmente queden establecidos".

Centro de polémica en su tiempo por sus ideas heterodoxas sobre la reducción de tamaño de las estrellas, rechazadas tanto por Einstein como por su maestro Eddington, Chandrasekhar tampoco quiere pronunciarse sobre la creciente tendencia a la comercialización de la ciencia, que implica, como en el caso de la fusión, el ánuncio de los descubrimientos a través de los medios de comunicación y la protección del método por patentes. "No quiero ser arrogante. Si me pronuncio dirán de mí que soy un viejo y tengo ideas antiguas", dice sonriendo suavemente, para terminar con una frase comprensiva: "Es un reflejo de la naturaleza humana".

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