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Más animales salvajes en las ciudades brasileñas

Un joven, héroe nacional tras salvar a una niña de una boa de nueve metros

Un joven del que la prensa ha dado sólo el nombre de Miguel se ha convertido en una especie de héroe nacional brasileño al salvar el pasado miércoles a una niña de siete años del abrazo mortal de una boa de nueve metros de longitud y 120 kilos de peso. Es el último suceso de una tendencia en alza. Cada día llegan más animales salvajes —desde monos a grandes serpientes, pasando por caimanes y crías de pantera— a las ciudades brasileñas.

En Río de Janeiro, los bomberos tuvieron que retirar recientemente un cocodrilo de cuatro metros y 200 kilos de peso del medio de una calle en el centro de la ciudad que había parado el tráfico. Este corresponsal tuvo que parar su coche hace unos meses en la pequeña ciudad de Saquarema, para dejar paso a una boa de unos seis metros.

El ataque de la boa de nueve metros ocurrió en la localidad de Abaetetuba, a 86 kilómetros de Belem, en el Estado de Pará. El taxista Raimundo Carvalho, de 62 años, escuchó los gritos de una niña al borde de la carretera. Fue a investigar qué sucedía y se encontró con el joven, que con un machete había conseguido cortar la cabeza de la boa, entre cuyos anillos gritaba desesperada la pequeña, Jessica.

Se trata de la especie de serpiente mayor del mundo. La boa sacrificada por Miguel medía nueve metros, pero las de mayor tamaño pueden llegar a los 10.

En el Estado de Amapá, Antenor Lopes, apodado Cazador de serpientes, ha cazado ya 11 boas. La última, días atrás, había atrapado a un gato. Consiguió salvar al felino sin matarla. Hace unos meses, un anciano de más de 80 años consiguió salvar a su nieta de cinco años de otra boa, que ya la tenía abrazada. Logró arrancar con sus manos a la niña del abrazo del reptil.

Según afirmó el jueves la bióloga Débora Thomaz, la presencia cada vez mayor de grandes animales salvajes en pueblos y ciudades, llegando a entrar en los jardines de las casas, se debe al calentamiento climático, que "desorienta a los animales" y los saca cada vez con mayor frecuencia de su entorno natural en busca de agua y comida.

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