Un asesino en serie quedará libre en EE UU
En la madrugada del pasado 30 de marzo, un adolescente de 14 años condujo una furgoneta en la que viajaban otras tres personas hasta una residencia en el barrio más pobre y con mayor índice de homicidios de Washington, Anacostia. Allí, cargados con pistolas y un rifle, dispararon contra un grupo de adolescentes. Mataron a cuatro menores e hirieron a otros cinco, según la policía local.
El conductor había sido detenido por primera vez con nueve años, por un robo. Desde entonces ha sido acusado de nueve delitos y faltas, sin contar el último. Según las leyes del Distrito de Columbia, sede del Gobierno federal, un menor de 15 años no puede ser juzgado como un adulto, por lo que comparecerá ante un juzgado de familia, que ve los casos de aquellos que no han cumplido los 18.
No será un juicio al uso, sino una investigación de los hechos en la que el juez estimará si el menor tuvo alguna responsabilidad en el crimen o no. Si las pruebas le incriminan, no se le puede sentenciar ni encarcelar. Pasará a estar bajo la custodia del Distrito de Columbia, quien decidirá si lo recluye en un reformatorio y por cuánto tiempo. Aun así, cuando cumpliera 21 años dejaría de estar bajo la custodia del Gobierno local y sería libre de nuevo. De momento, ya ha estado en seis ocasiones bajo aquella custodia.
En los Estados adyacentes de Maryland y Virginia, como en muchos otros, no importa la edad para poder juzgar a un niño como un adulto, si el crimen es del tipo del supuestamente cometido por ese joven el pasado 30 de marzo, como homicidios, violaciones o robo armado. La reincidencia es, además, un agravante. Allí se le podría condenar a prisión.
En 2005, el Tribunal Supremo de EE UU declaró inconstitucional la pena de muerte aplicada a menores de 18 años. Hasta entonces, de los 50 Estados de la Unión, 23 permitían aplicar esa pena a menores de 18 años.
