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Reportaje:

La audiencia bien vale un riñón

La donación televisiva de un órgano a una enferma de cáncer desata un debate ético en Holanda

Isabel Ferrer

Ronald Plasterk, ministro holandés de Enseñanza, Cultura y Medios de Comunicación y renombrado genetista antes de optar por la política, protagonizó ayer un insólito debate ético parlamentario a raíz de la próxima donación televisiva de un riñón. En lo que fue su aparición más singular hasta la fecha, calificó de "indeseable y poco ético" convertir en argumento de un reality show la cesión de un órgano en un concurso. A pesar de ello, como la Constitución no le faculta para "censurar contenidos audiovisuales", lo único que podría paralizar en próximo viernes la emisión de El gran espectáculo de los donantes sería que el riñón no estuviera sano.

Ideado por el canal BNN, producido por Endemol (Gran Hermano) y a emitir por Nederland 3, el tercer canal de la cadena estatal, el programa presentará a Lisa, de 37 años y aquejada de un tumor cerebral incurable. A su lado habrá tres pacientes renales de entre 18 y 40 años que deberán demostrar que son el mejor candidato para su regalo. La donante será ayudada por el público de todo el país que podrá mandarle mensajes telefónicos antes de comprometerse a entregar su riñón. Para el ministro Plasterk, el elemento "competitivo" del programa convierte casi en una rifa lo que debería ser un gesto altruista. El hecho de que los posibles receptores tengan que "ganarse los favores del público" para garantizar un posible trasplante posterior le parece igualmente indeseable. De todos modos, la legislación vigente no le permite entrometerse en los contenidos de los medios de comunicación, "y la cadena estatal es responsable de su programación", concluyó.

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Plasterk, que es socialdemócrata, había sido convocado al Congreso por el diputado democristiano Joop Atsma, socio en la coalición gubernamental. No contento con la respuesta del ministro (Plasterk también le dijo que no pensaba telefonear a los responsables de BNN para que no pareciera "intimidación") Atsma le pidió frenara programas de esta índole en el futuro. "Si no, acabaremos contemplando la venta pública de un órgano hasta para fines caritativos", declaró. Un argumento éste que no convence a la directiva de BNN, canal creado por el presentador Bart de Graaf que era enfermo renal y falleció en 2002 a los 35 años. "La espera para recibir un riñón es enorme y estos tres candidatos tendrán, en una sola noche, un 33% de posibilidades de obtener uno. Mucho más de lo que ofrece cualquier lista oficial. La situación es desastrosa, y por eso hemos optado por llamar la atención de una forma tan provocativa", en palabras de Laurens Drillich, presidente de BNN.

A los liberales de izquierda, la idea les parece convincente aunque la forma elegida por el canal televisivo para airearla se preste a discusión por su presunto mal gusto. "Tenemos un problema con las donaciones en Holanda, y al menos así hay un debate público", dijo ayer Alexander Pechthold, líder liberal.

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