La aventura de la sinfónica femenina
Isabel López Calzada, directora de orquesta con cinco carreras musicales y un máster en dirección empresarial musical, optó por crear su propia formación, la Orquesta Sinfónica de Mujeres de Madrid, en 2004. El objetivo era rescatar el trabajo de las compositoras con mujeres intérpretes en una formación donde "cada atril es importante". Una de sus sorpresas fue comprobar "la avalancha de curriculos" -aún hoy los recibe- y ver que entre las candidatas había muchas percusionistas e intérpretes de viento metal, territorios masculinos al contrario que el violín.
La directora, que lleva la batuta frente a 70 instrumentistas, asegura no ver motivo para la reducida presencia femenina en las orquestas sinfónicas. "No sé a qué se debe". Pero observa la paulatina entrada de las mujeres incluso en la Filarmónica de Viena. Rechaza las audiciones a ciegas porque cree que "no son la solución. Es importante ver el movimiento y la expresión de los intérpretes", asegura. La orquesta de López Calzada, con patrocinios privados, carece aún de temporada fija.
