Ante la barra de ballet

Ante una noticia así, como la que ha recibido Esperanza Aguirre, lo que hay que hacer, como ha hecho ella, es despojarse del miedo, reaccionar sin temores gratuitos ante una enfermedad que padece muchísima gente.

Hay que huir de ese ay del horror, pues esta es una enfermedad que estos últimos años ha conocido avances prodigiosos, tanto en la curación como en el pronóstico, así como en el tratamiento farmacológico.

Desde mi experiencia, creo que hay que estar alerta, no dejarse apabullar por la palabra cáncer, no pensar que desde que la pronuncia el doctor que te dice el diagnóstico ya es señal de que te estás yendo...

Además, hay que tener una actitud de confianza en aquellos que te rodean desde que te dan la noticia. Es importantísimo creer en el equipo que te atiende, en el cirujano, en el oncólogo, en los enfermeros que te tratan...

Hay que tener confianza, y fortaleza. El cáncer es una prueba que nos toca vivir; la gente olvida que vivir no es solo comer, viajar, tener experiencias más o menos agradables; vivir es también tener experiencias fuertes, de las que sales más fortalecido. Es como un ejercicio de ballet: a medida que te esfuerzas ante la barra, más alto extiendes la pierna. Y en la vida esto es lo que pasa: te tienes que ayudar a ti misma, aparte de la ayuda de la medicina.

Pero ante todo debemos tener confianza en nosotros mismos; esto es lo más importante de mi experiencia: uno debe tener confianza para resistir este envite, no puedes desmayarte ante una jeringa, has de confiar. Y ser fuerte.