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Los bebés que ven mucha televisión entorpecen su desarrollo lingüístico

Isabel Ferrer

Contemplar demasiada televisión antes del primer año de vida puede entorpecer el desarrollo lingüístico posterior de los niños. El ruido surgido de la pantalla unido al silencio del adulto que les acompaña, acaba retrasando el momento de hablar o de reconocer palabras elementales. Sally Ward, la mayor experta británica en problemas de lenguaje, así lo afirma en las conclusiones de un ambicioso estudio elaborado en Manchester a lo largo de una década. En cuanto los padres o niñeras apagan el televisor y hablan con los pequeños, éstos se recuperan en poco tiempo.A partir de los nueve meses, sin embargo, los problemas de lenguaje son más difíciles de solucionar, Ward sostiene que los bebés algo crecidos no deberían ser expuestos nunca a la pequeña pantalla. Ni siquiera a vídeos considerados apropiados para su edad. Entre el segundo y el tercer cumpleaños, una hora al día es más que suficiente. Los niños analizados en su trabajo eran incapaces de reconocer su propio nombre a los ocho meses. Palabras sencillas, como zumo, tampoco les resultaban familiares. A los tres años, hablaban como un pequeño de dos.

Aunque el trabajo de campo se centró en los suburbios de Manchester, Ward reconoce que los hijos de clases medias o media alta presentan los mismos problemas. Según ella, los colores y el ritmo a veces vertiginoso de los programas infantiles, "les impiden interesarse en sus propios juguetes. Sus cuidadores no les hablan y su vocabulario acaba siendo reducido".

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