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Las becas universitarias servirán para cursar la carrera en 46 países

Los estudiantes podrán estudiar en cualquier centro europeo con las ayudas de su país

J. A. Aunión

Las becas universitarias que se conceden en 46 países europeos, incluida la UE, servirán para estudiar toda la carrera en los centros de educación superior de cualquiera de esas naciones. Es decir, las ayudas para matrícula, libros, transporte o para compensar una renta familiar demasiado baja serán "exportables". Así lo acordaron ayer en Londres los ministros de Educación de los 46 países que formarán el Espacio Europeo de Educación Superior en 2010, entre ellos, España. El objetivo: que este espacio sea "para todos", han dicho los ministros.

La iniciativa aprobada ayer por los ministros de Educación europeos va mucho más allá que las becas Erasmus, que tanto éxito han tenido en la Europa comunitaria. Éstas sirven para estudiar en otro país de la UE un año de la carrera en la que se esté matriculado y se circunscriben sólo a la Europa de los 27. La nueva medida es para toda la carrera y da la posibilidad de estudiar en 46 países. En España, según los últimos datos disponibles, en el curso 2004-2005, recibieron beca del Ministerio de Educación 300.000 universitarios, aproximadamente el 20% del alumnado.

Hacer que el espacio europeo de educación superior llegue a todos los estudiantes -que la delegación belga en la reunión de ministros resumió en el lema Bolonia para todos- ha sido uno de los temas en los que más se ha insistido. "Debemos incrementar la movilidad de los estudiantes, pero para todos, no sólo para algunos privilegiados. Todos los estudiantes deben tener la oportunidad de estudiar en otro país", aseguró el ministro de Educación británico, Alan Johnson.

Con esta iniciativa, los estudiantes universitarios con menor nivel de ingresos podrían usar en otros países europeos las diferentes ayudas que existen. Por ejemplo, para la matrícula, para compensar el hecho de no estar trabajando cuando la familia tiene una renta baja (una beca de unos 2.100 euros en España) o, cantidades más pequeñas (de entre 160 y 213 euros), para pagar el transporte urbano o comprar libros y material.

Entre las medidas aprobadas en Londres para dar un impulso al espacio europeo universitario (que debe estar listo en 2010) está también la creación de un grupo de trabajo formado por expertos de cada país que tendrá como misión "identificar y eliminar todos los obstáculos" que impidan poner en marcha lo antes posible estas becas europeas comunes. En algunos países, por ejemplo, sólo existen ayudas en forma de créditos.

Implantación gradual

La única ayuda española, aparte del Erasmus, que se puede disfrutar en otro país europeo serán a partir del año que viene los llamados préstamos-renta (es decir, que se devuelven cuando se alcance un nivel mínimo de ingresos) para cursar un máster. Pero el objetivo es que ocurra lo mismo con todas las becas Sin embargo, "aunque sea un objetivo indiscutible, conlleva muchos problemas técnicos que aún hay que resolver, por lo que la implantación será gradual", explicó ayer el director general de Universidades, Javier Vidal.

La movilidad de los estudiantes es uno de los principales objetivos del espacio europeo de universidades, pero eso, a pesar de los avances hechos desde la firma hace ocho años de la Declaración de Bolonia, en la cumbre que concluyó ayer se han destacado las carencias que aún hay que solventar. La declaración final, además de la exportabilidad de las ayudas, fija como prioridad para los próximos años que los gobiernos garanticen los visados de estudiantes y permisos de residencia y de trabajo (para doctorandos). Estos problemas los encuentran, sobre todo, los universitarios de los países que no son miembros de la UE.

Así lo recordó la ministra española de Educación, Mercedes Cabrera, al hacer balance del encuentro. Se ha dado un mensaje muy claro de que Bolonia no debe excluir a nadie, dijo, y valoró especialmente que la construcción del espacio europeo esté permitiendo "tener un marco común, pero respetando las tradiciones universitarias de cada país". Los otros propósitos que se han marcado los 46 países tienen que ver con la implantación definitiva de la nueva estructura de las carreras (Grado, Máster y Doctorado) y asegurar la calidad de éstas. Los controles externos para evaluar la calidad de las carreras y asegurar así una calidad mínima en cualquiera de los países miembros, han sido una exigencia repetida en el encuentro.

Para ello se han ido creando las agencias de calidad de cada Estado. En España existe una agencia nacional (ANECA) y agencias autonómicas. En Londres se ha acordado la creación de un organismo europeo que a su vez vigile la calidad de esas agencias. Será un registro y para formar parte de él, las agencias nacionales tendrán que cumplir una serie de requisitos que aseguren que están haciendo bien el control de los títulos o de los centros.

La ministra española de Educación, Mercedes Cabrera, en la reunión de Londres.
La ministra española de Educación, Mercedes Cabrera, en la reunión de Londres.EFE

Salidas laborales más fáciles

"Encontrar la manera de reforzar las salidas laborales de los titulados en cada uno de los tres nuevos ciclos (Grado, Máster y Doctorado)". Éste es el encargo que hicieron ayer los ministros de Educación a los expertos del grupo de seguimiento del proceso de Bolonia. La Unión de Estudiantes Europeos había expresado un día anterior su preocupación porque el primer ciclo de Grado no sirviera realmente para encontrar buenos trabajos.Las preocupaciones de estudiantes y responsables políticos por las salidas laborales tienen matices diferentes, pero las soluciones, coinciden los expertos, pasan por los mismos puntos: que los titulados tengan las habilidades que demanda la sociedad y las empresas sepan lo que les ofrece la nueva estructura de títulos. Así, la declaración de Londres reclama que gobiernos y universidades hagan un esfuerzo para explicar a las empresas en qué consisten las reformas, además de pedirles su colaboración en la renovación de los currículos para que los conocimientos que adquieran los titulados les sirvan efectivamente para acceder en mejores condiciones al mercado de trabajo. "Tenemos la obligación de hablar con las empresas. La inserción laboral de los graduados va a ser fundamental para el éxito de la reforma", aseguró el ministro británico de Educación, Alan Johnson.La movilidad de nuevo es un objetivo principal de la reforma, también cuando se trata de titulados que salen a buscar trabajo en otro país europeo. En este sentido, no sólo es importante el reconocimiento del título, sino de toda la formación que se haya adquirido, incluso, trabajando. Para facilitar todo esto se ha aprobado elaborar un marco europeo de cualificaciones que reflejen, dividido en ocho niveles, tanto la formación como la experiencia.Dentro de cada país, los Gobiernos tendrán que establecer su propio marco de cualificaciones y sus equivalencias con el sistema europeo. Este sistema también tendrá gran influencia en la estructura de las enseñanzas de Formación Profesional. En la necesidad de implantar cuanto antes este sistema insistieron tanto el comisario europeo de Educación, Jan Figel, como el informe de los expertos del grupo de seguimiento de Bolonia.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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