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El final de la vida

Con una bolsa de helio en la cabeza

La falta de fármacos introduce nuevas formas de suicidio asistido en Suiza

Chantal Sébire ha reabierto en Europa un debate que en Suiza estos días es polémica. El foco de la atención pública está de nuevo en la asociación Dignitas. Ha enviado a la fiscalía de Zúrich cuatro vídeos filmados en las últimas semanas durante procesos de suicidio asistido por miembros de la asociación como prueba de que son "actos libres y voluntarios". Las imágenes muestran a personas que introducen la cabeza por su propia voluntad en un saco lleno de gas helio hasta que les sobreviene la muerte. "Las imágenes son durísimas", denuncia la fiscalía de Zúrich. "Se ve al paciente agitándose con espasmos a lo largo de varios minutos. Es una asfixia lenta". El fiscal adjunto Jürg Vollenweider pidió al Gobierno tras ver las cintas: "Hay que poner a punto una verdadera ley que regule la asistencia al suicidio". El vacío legal que existe en la actualidad es lo que ha convertido a Suiza en el paraíso soñado por quienes persiguen una muerte digna. La asistencia al suicidio a pacientes terminales no está ni permitida ni perseguida por la ley, si bien la eutanasia activa (suministrar fármacos letales desde el sistema sanitario) sigue estando prohibida.

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Pero el Parlamento, por el momento, rehúye legislar, porque podría ser visto como, "una reglamentación del homicidio legal". El Estado tampoco quiere reconocer a organizaciones como Dignitas porque, dicen, equivaldría a "estimular el turismo de la muerte".

Esta asociación, dirigida por el abogado Ludwig Minelli y con residencia en Zúrich, acepta pacientes terminales llegados del extranjero, a diferencia de EXIT, de Ginebra, que sólo asiste a enfermos suizos o residentes en Suiza. El doctor Jerôme Sobel, presidente de esta última organización habla sobre el nuevo método de asistencia al suicidio: "Dignitas se ha visto obligada a recurrir a esta técnica porque sus reservas de pentobarbital de sodio (método habitual de asistencia al suicidio en Suiza) han sido bloqueadas por las autoridades, lo que les ha llevado a buscar una alternativa que no requiera receta médica. Pero creo que el helio es una mala solución que EXIT no piensa adoptar".

La Comisión Nacional de Ética médica recomienda, "un seguimiento prolongado del paciente y un profundo conocimiento del caso" antes de que el médico recete la poción letal. Es una medida que busca precisamente evitar el "turismo de la muerte". Pero eso, observa el doctor Sobel, no tiene en cuenta los medios económicos del paciente que ha de desplazarse y permanecer en Suiza un tiempo. "La única solución es que la ley evolucione en Europa hasta conseguir que cada país pueda asistir a sus ciudadanos y evitar así el exilio". En su opinión, "ya es hora de que los Gobiernos se pronuncien de manera clara".

De tanto en tanto, la asociación Dignitas remueve la conciencia social en Suiza. Últimamente asistieron suicidios en coches aparcados en la calle para denunciar la falta de locales adecuados para esta práctica.

Muerte digna

- Eutanasia. Consiste en dar medicamentos a una persona con el fin de acabar con su vida. La persona tiene que haberlo dejado dispuesto.

- Suicidio asistido. Es lo que pidió Chantal Sébire. La enferma quería que un médico le facilitara los fármacos para acabar con su vida con el mínimo sufrimiento.

- Sedación terminal. Es lo que le ofreció el Gobierno francés a Sébire. Se trata de medicar, incluso hasta el coma, a una persona durante su agonía para que no sufra.

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