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Reportaje:

En busca de planetas extrasolares

La Misión Corot, en la que participa España, está ya lista para ser lanzada al espacio la semana que viene

La misión Corot, en la que participa España, está ya lista para ser lanzada el próximo día 27 de diciembre al espacio y dedicarse durante los dos próximos años y medio a la detección de exoplanetas y la exploración del interior estelar. El lanzamiento estaba programado para mañana pero una fuga detectada en una membrana de un depósito en el cohete ruso Soyuz que transporta el satélite ha motivado el aplazamiento del despegue hasta el día 27, cuando está programado a partir de las 15.20 horas.

Según ha informado hoy la Agencia Espacial Europea (ESA) en una nota, se están haciendo en Baikonour (Kazajastán) los últimos preparativos para el lanzamiento de la misión, liderada por la agencia espacial francesa (CNES) y en la que participan también la ESA, España, Alemania, Austria, Bélgica y Brasil.

Corot es el acrónimo de Convección, Rotación y Tránsitos planetarios ya que el satélite es capaz de explorar el interior estelar estudiando las ondas acústicas que atraviesan la superficie de las estrellas, una técnica llamada astrosismología. Lo de tránsito viene porque emplea una técnica que permite deducir la presencia de un planeta a partir del debilitamiento en la luz de la estrella que se produce cuando el planeta pasa frente al astro.

Para cumplir su doble objetivo científico Corot, que inaugura una nueva etapa en la búsqueda de planetas en torno a otras estrellas distintas al Sol, vigilará unas 120.000 estrellas con su telescopio de 30 centímetros.

En la década transcurrida desde el primer descubrimiento de un exoplaneta (51 Pegasi b), en 1995, han sido identificados más de 200 de estos objetos fuera del sistema solar aunque la búsqueda se ha hecho sobre todo con telescopios basados en tierra.

Muchos de los planetas que descubrirá Corot serán, probablemente, de los que se denominan Júpiter "calientes", es decir, mundos gaseosos aunque hay expectativas de encontrar también planetas rocosos, quizás sólo unas pocas veces mayores que la Tierra (o incluso más pequeños).

Cuando Corot, que se colocará en una órbita polar, a unos 850 kilómetros de altura, observe una estrella será también capaz de detectar terremotos estelares, ondas acústicas generadas en el interior profundo de la estrella y que se transmiten a lo largo de la superficie de ésta, alterando su brillo.

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