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Un café con historia

El célebre Boulevard, el más antiguo de Bilbao, reabrirá este jueves sus puertas - Ha incorporado un pub especializado en cócteles

"Allí, en el Boulevard, corredores, negociantes, indianos...que se encuentran porque se citan y otros que se citan porque se encuentran". Así se refería Miguel de Unamuno en 1891 al histórico café bilbaíno veinte años después de su apertura. Por aquel entonces el local ya se había convertido en el centro social, cultural y político de la capital vizcaína por excelencia. Todas las corrientes de pensamiento tenían su espacio en sus mesas de mármol. Tanto fue así que las siglas del café (CB) llegaron a identificarse como Convivencia Bilbaína.

Además de Unamuno, asiduo cliente del Boulevard, donde siempre pedía un café —del que saboreaba, literalmente, hasta la última gota— y otros intelectuales locales, el reputado escritor Vicente Blasco Ibáñez gestó entre sus paredes su obra El intruso junto al doctor Areilza. El célebre médico guió a Ibáñez, que había acudido a Bilbao a documentarse para escribir el libro, hasta el santuario de Loyola (Azpeitia) en noviembre de 1903. El autor de Sangre y arena fue uno de los asidos participantes en las apasionadas tertulias que congregaban a diario a políticos y filósofos de la talla de Ortega y Gasset.

Unamuno, Blasco Ibáñez y Ortega y Gasset fueron clientes asiduos del local
El bar cerró hace más de tres años por falta de acuerdo entre su dueño y el gestor

Félix de Unamuno, hermano del escritor y filósofo bilbaíno, era farmacéutico y cliente habitual del bar, donde los camareros servían, sobre todo, licor Chartreuse, anises y cafés. Cuentan que Félix solía llevar un cartel que decía Por favor, no me pregunten por mi hermano.

Una de las leyendas, nunca confirmadas, en torno al célebre café dice que los Pérez Yarza, familia que gestionó el Boulevard durante 103 años, instaló un sistema bajo la puerta giratoria para que los clientes, "al entrar y salir, moliesen, sin darse cuenta, el café" que más tarde se serviría en las mesas del local, explica Carlos Bacigalupe, actual relaciones públicas del Boulevard y escritor de, entre otras obras, Cafés parlantes de Bilbao. Quien dijo descubrir la historia fue el periodista de La Gaceta del Norte, Aureliano López Becerra, más conocido como Desperdicios.

El fotógrafo Robert Capa también estuvo en el café durante la Guerra Civil española, cuando las sirenas de los bombardeos desataron la alarma entre los bilbaínos.

La economía también tuvo su hueco en el centenario local. Pocos saben que, además, la primera bolsa de Bilbao fluctuó en el Boulevard a principios del siglo XX.

La falta de acuerdo entre sus gestores (Cafés Unidos) y la inmobiliaria propietaria del edificio (Zure Etxea) abocó en 2006 al cierre el café. Tras su traspaso a la promotora guipuzcoana Suquía, el Boulevard volverá a abrir sus puertas este jueves a las 7.30 tras casi tres años y medio cerrado. La reforma ha respetado la esencia y estructura original del local, de estilo art-decó.

La única novedad reseñable es la incorporación de un pub, Le Boulevard Noveau, especializado en copas y cócteles, en el hasta ahora inutilizado sótano. No obstante, las obras han obligado a prescindir del espacio que acogía clases de tango los martes. Kirmen Uribe, Premio Nacional de Narrativa 2009, participará en la inauguración oficial de mañana.

Varios periodistas charlan ayer en el café Boulevard durante la visita para los medios de comunicación.
Varios periodistas charlan ayer en el café Boulevard durante la visita para los medios de comunicación.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

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