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Reportaje:

El calvario de una escolar

Los padres y compañeros de una estudiante de Alicante acosada por dos chicos aplauden las medidas protectoras dictadas por el juez

El problema se veía venir. En el instituto de educación secundaria Miguel Hernández, de Alicante, los alumnos comentaban ayer el "agresivo" carácter de los dos estudiantes del centro que acosaban a otra alumna de 15 años, y para los que el Juzgado de Menores de Alicante ha dictado una serie de medidas pioneras, entre ellas una orden de alejamiento de la acosada.

El testimonio de Eduardo, Dani, Jorge, Lucas y otros alumnos del instituto público es unánime al explicar el violento comportamiento de los acosadores, uno de ellos de 14 años de edad, que ya había protagonizado altercados. "Un día rompió el cristal del gimnasio", explica uno de los jóvenes estudiantes

. "También pegó a un profesor y se metía con todo el mundo", añade. "La primera vez que hizo algo así de fuerte deberían haberle castigado", agrega otro. En general, los estudiantes aplauden las medidas de protección que ha decretado el juez, pero las consideran insuficientes y creen, además, que llegan tarde. "Apartarle de clase y no dejarle acercarse a ella no es nada", apunta otro estudiante, quien considera que deberían haber expulsado a los acosadores "y si reinciden, enviarles a un centro de menores".

Los alumnos creen que debería haberse expulsado a los agresores hace tiempo

Los agresores deberán mantener una distancia de 300 metros con la víctima, realizarán un curso de orientación sexual y uno de ellos ha sido separado de la clase. Además, la juez prohíbe a los acosadores comunicarse con la víctima por cualquier medio, tanto dentro como fuera del centro. Mientras, la chica está en contacto, mediante un teléfono móvil, con un policía. Las medidas, similares a las que se aplican a las mujeres maltratadas, no tienen relación con el protocolo jurídico de violencia doméstica, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia.

Celia Torres, madre de la joven acosada, relató con preocupación el calvario que ha sufrido su hija desde el pasado noviembre. Según su madre, primero fueron insultos, luego algún empujón y gestos obscenos, y un día uno de ellos se encerró con ella en el cuarto de baño y le realizó tocamientos. La alumna no podía soportar más la presión. Al regresar a su casa iba cambiando de itinerario para evitar tropezar con los presuntos agresores.

Todo este sordo cúmulo de vejaciones se destapó finalmente el 23 de mayo pasado, cuando la niña llegó a casa muy nerviosa y contó a su hermano mayor qué le estaba pasando. "Los dos últimos meses estaba mal, tenía insomnio, sufría trastornos alimentarios e intentaba evitar a sus padres", dice su madre. "Estaba rara, pero lo achacábamos a la adolescencia y el final de curso". En los estudios tampoco rendía. Está repitiendo segundo curso de ESO y este año, con el acoso, se descentró más todavía.

La madre de la víctima estaba ayer indignada con la actitud de algunos compañeros del instituto que, una vez que ha trascendido el caso, "en vez de apoyarla cuando la ven, la llaman despectivamente la violada o le dicen cosas como 'apártate de ella, que te denuncia'". La madre también criticó la pasividad de la dirección del centro educativo. "Con la Justicia estoy contenta, pero por parte del centro no lo estoy. Si hay un problema, deben buscar soluciones", comentaba a las puertas del instituto mientras esperaba ser atendida por la jefa de estudios.

"El centro no se ha puesto en contacto con nosotros para nada, y ahora está en un mutismo total, sus responsables no nos han llamado y son difíciles de encontrar", explicó la madre. Tampoco tiene claras las medidas que la dirección del instituto ha aplicado contra los presuntos agresores, que ella insiste en que son cuatro. "Comentan que uno de los chavales que iba con ella a clase ahora va a ir a otra aula o está en la biblioteca, de los otros dos no sé qué han hecho, y hay otro chaval del que el año pasado, según la jefa de estudios, otras alumnas ya se quejaron".

La dirección del instituto mantuvo ayer un férreo mutismo sobre el caso y declinó atender a los periodistas. La Consejería de Educación de la Generalitat Valenciana tampoco ofreció su versión de los hechos.

Los padres, al comprobar la gravedad de lo sucedido, decidieron acudir a la Comisaría a presentar una denuncia. Antes pasaron por el centro para registrar el escrito. "Les advertimos de que íbamos a denunciar el caso", recordaba la madre, que lamentaba que hasta ayer no se hubiera reunido el consejo escolar del instituto.

Celia Torres, madre de la menor acosada, ante el instituto de su hija.
Celia Torres, madre de la menor acosada, ante el instituto de su hija.

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