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La camiseta del Madrid, ante el juez

Codere, empresa española dedicada a los juegos de azar, quiere que el Real Madrid retire de su equipación, página web, estadio y cualquier otro soporte la imagen de bwin, patrocinador del equipo y compañía de apuestas por Internet, al considerar que esta incurre en "competencia desleal". Al estar radicada en Gibraltar pese a operar en España,bwin no se sometería a las leyes del país o a las de la Unión Europea, argumentaron los demandantes en una vista celebrada ayer en el juzgado de lo Mercantil número dos de Madrid.

Después de Semana Santa, probablemente, el juez tomará una decisión sobre las medidas cautelares solicitadas por Codere, que pide que el club recupere todos los productos vendidos con el logo de bwin para devolvérselos a sus seguidores sin este, y que cese cualquier campaña publicitaria.

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"La reclamación es puramente oportunista", dijo el abogado del Madrid, del despacho Clifford Chance. "Las medidas cautelares son desproporcionadas y serían gravísimas para el patrimonio de mi mandante, un coste enorme que no podemos cuantificar: ¿cuántos productos con el logo del Madrid se comercializan alrededor del mundo?". El club, a través de su letrado, defendió que el patrocinio que le une a bwin está amparado por la Ley del Juego, por lo que rechazó que se le obligue cautelarmente a cancelar la publicidad acordada con la firma demandada, que le paga 20 millones de euros al año.

Las empresas de apuestas online ganaron más de 300 millones de euros en España en 2010, e invirtieron más de 100 en patrocinios y publicidad, según la Asociación Española de Apostadores por Internet. Además del Madrid, el Atlético, Espanyol, Getafe, Levante, Mallorca, Real Sociedad, Sevilla y Valencia lucen en sus uniformes publicidades de distintas casas de apuestas. El equipo blanco, por ejemplo, debió jugar en 2009 sin patrocinador en la camiseta en Suiza y Francia por respeto a las leyes locales.

Así terminó la vista: el representante de los demandantes, del despacho Loyra, abrió un sobre, extrajo una camiseta minúscula y se la mostró al juez. Era del Madrid. Era para un niño de tres años. Llevaba el logo de una casa de apuestas y pretendía argumentar que con esa publicidad el fútbol podría iniciar a un niño en el hábito del juego.

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