_
_
_
_
_

Sin carné de conducir en Italia

La última punta del iceberg de la homofobia a la italiana es la noticia de que el Ministerio de Transportes ha denegado a Cristian Friscina, un hombre de 33 años de Brindisi (sur de Italia), la renovación del carné de conducir aduciendo que sufre una "grave patología que podría resultar un impedimento para la seguridad vial": ser homosexual.

Según el informe del hospital militar de Bari asumido por el ministerio del Gobierno de Silvio Berlusconi, el hecho de ser gay, "en términos psicofísicos", impide a Friscina "ser idóneo para tener el permiso de conducir". La exótica afirmación parece ser ley en ese ministerio, pues ya sucedió en Catania en 2005. Durante el juicio que permitió a un joven homosexual obtener finalmente su carné, el abogado ministerial afirmó que, al denegárselo, "no solo se consideró su homosexualidad, sino también su situación clínica de sufrimiento mental".

El último informe de Amnistía Internacional ha recordado que Italia discrimina y viola los derechos de las minorías, y pone el acento en la actitud de la clase dirigente: "Los comentarios despreciativos de algunos políticos alimentan un clima de intolerancia contra los gitanos, los emigrantes y los gais, lesbianas, bisexuales y transgénero".

La homofobia y el machismo, agitados por Berlusconi, los jerarcas de la Iglesia y las televisiones, generan cada año miles de casos de discriminación y violencia sexual en Italia, el único entre los Estados fundadores de la UE que no tiene una ley antihomofobia ni una regulación de parejas de hecho.

El diario episcopal Avvenire ha pedido a sus lectores que en las elecciones municipales de hoy y mañana apoyen "solo a los políticos que defienden la familia en el formato fundado sobre el matrimonio hombre-mujer sancionado por la Constitución". La diputada del Partido Democrático Paola Concia lleva tres años intentando que el Parlamento endurezca las penas por delitos homófobos. Ley repetidamente torpedeada por la Liga Norte y el Pueblo de la Libertad con la ayuda de los democristianos y algunos ultracatólicos del supuesto centro izquierda. Concia fue agredida hace unos días junto a su compañera.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_