Más cerca del hidrógeno como combustible
El uso del hidrógeno como combustible es el sueño de los ecologistas. Al quemarse -en una caldera, en un motor de coche-, sólo producirá vapor de agua, un gas que no sólo no tiene efecto en el calentamiento, sino que limpia y protege. Pero el problema es que en la Tierra no hay prácticamente hidrógeno libre (H2); lo que existe es, precisamente, agua (H
2O). Y, claro, si hay que gastar energía en romper la molécula de agua para sacarle el hidrógeno, ya no compensan los beneficios del uso del hidrógeno como combustible.
El círculo puede romperse con un sistema ideado por científicos del prestigioso Massachusetts Institute of Tecnology (MIT). Se trata de conseguir que la rotura de la molécula de agua necesite menos energía que la que el hidrógeno proporcionará después. Para ello, según han publicado en Science, Daniel Nocera y Matthew Kanan han ideado un sistema que facilita el proceso. Se trata de añadir unos catalizadores (básicamente, fosfatos, una sustancia abundante en la Tierra, y cobalto) al agua antes de aplicarle unos electrodos para romperla (es lo que se conoce como electrólisis). Así, la reacción química resulta energéticamente favorable: se gasta menos en conseguir el hidrógeno que lo que se obtiene luego al quemarlo. Además, para que todo sea más limpio, usaron energía solar para las electrólisis. De esta manera, todo el ciclo se convierte en un proceso más limpio y menos contaminante.
"Cuello de botella"
El descubrimiento ha sido muy bien recibido por los científicos. La producción del hidrógeno es "el cuello de botella" de este tipo de energía, ha señalado José Ramón Isasi, del departamento de Química y Edafología de la Universidad de Navarra, en un comentario que publica en la web http://www.unav.es/acienciacierta, un portal de comunicaciones científicas del centro educativo donde sus expertos destacan las noticias más novedosas.
Para acabar de rizar el rizo, el método tiene otra ventaja. En muchas reacciones químicas que necesitan catalizadores (una especie de intermediarios que provocan o aceleran los procesos), éstos acaban deteriorándose o contaminándose. En este caso, eso no sucede, señala Isasi: "Cuando se desconecta el electrodo, se regeneran los iones de cobalto", por lo que éstos no se gastan.
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