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La ciencia que hace posible el iPod gana el Nobel de Física

Los hallazgos de un francés y un alemán han revolucionado los discos duros informáticos

Apenas diez años tardó en saltar del laboratorio a millones de dispositivos electrónicos en manos de los consumidores el fenómeno que descubrieron, en 1988, el francés Albert Fert y el alemán Peter Grünberg. Por ello reciben ahora el Premio Nobel de Física. Los cada vez más pequeños discos duros de los ordenadores o de dispositivos como el popular iPod, para almacenar grandes cantidades de datos, son hijos tecnológicos del fenómeno llamado magnetorresisencia gigante, que ellos fueron los primeros en ver.

Apasionado del jazz, del cine (sobre todo de Woody Allen y de Pedro Almodóvar) y del windsurf, Fert, de 69 años, recibió ayer la gran noticia de su vida científica. "Es una sorpresa, porque en física nunca se sabe, aunque ya sabía que era posible, que estaba entre los candidatos", declaró. Por su parte Grünberg, de 68 años, contó que al principio, cuando realizó, independientemente de su colega francés, el descubrimiento de la magnetorresistencia gigante, la cosa no tuvo mucho eco entre las empresas, "pero eso cambió rápidamente". La sensación de que la cosa podía ser importante sí que la tenía, declaró, "si no, no la habríamos patentado". Los dos científicos europeos recibirán el galardón en Estocolmo el próximo 10 de octubre y compartirán la dotación del premio: 1.092.776 euros.

El fenómeno físico de la magnetorresistencia gigante significa, en esencia, que unos cambios muy débiles en el campo magnético aplicado en determinados materiales especiales hechos de capas muy delgadas, pueden producir enormes cambios en la resistencia eléctrica. En esto se basa el almacenamiento de datos en un disco duro de un dispositivo electrónico, y los sensores de las cabezas lectoras.

Fert y Grünberg, que mantienen una cordial relación de colegas y que juntos han recibido ya premios importantes, trabajaban en los años ochenta en las investigaciones ahora galardonadas. Anunciaron los resultados en 1988, y menos de una década después hubo una auténtica revolución en la miniaturización de los aparatos electrónicos. Las cabezas lectoras basadas en magnetorresistencia gigante llegaron al mercado en 1997 y desde entonces se han fabricado y comercializado millones de unidades.

Para el comité de la Real Academia Sueca de Ciencias que designa el Nobel de Física, esta combinación de investigación básica y aplicada ha lanzado una nueva generación de electrónica y es una de las primeras grandes aplicaciones de la nanotecnología. Su uso no ha hecho más que empezar, con los discos duros compactos de los ordenadores y los dispositivos de almacenamiento masivo de archivos, por ejemplo de música. Nuevos sistemas de memoria magnética de ordenadores, microcomputadoras para automóviles o electrodomésticos y todo el sector de las comunicaciones, llegarán pronto a los consumidores de la mano de las tecnologías derivadas de los trabajos de Fert y Grünberg.

Fert, en la Universidad de Paris-Sud (Unidad Mixta de Física CNRS/ THALES), y Grünberg, en el Instituto de Investigación Julich, en Alemania, siguen trabajando en sus respectivos laboratorios. El francés está centrado en cuestiones de física de estado sólido que pueden ser aplicables en nuevas memorias de ordenador y en tecnologías para mejorar las baterías de los teléfonos móviles. El alemán, que nació en la actual República Checa, se ocupa de fenómenos de lo que se denomina espintrónica.

Los Nobel de Física Albert Fert (a la izquierda) y Peter Grünberg.
Los Nobel de Física Albert Fert (a la izquierda) y Peter Grünberg.REUTERS / EFE

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