Un condimento picante de más de 6.000 años

Un grupo de arqueólogos ha encontrado restos de granos de guindilla picante al suroeste de Ecuador, lo que prueba que ya se cultivaban para cocinar y para comerciar mucho antes de lo que se creía, según publica la revista Science, citada por la BBC.

Los hallazgos cambian radicalmente la imagen que se tenía de la gastronomía antigua de Latinoamérica ya que demuestran que fueron los habitantes autóctonos los que primero utilizaron esta especia para cocinar, y no los de las tierras altas de Perú y México, como se consideraba hasta ahora.

Los granos datan de hace más de 6.000 años y se sitúan así entre los cultivos domesticados más antiguos del hemisferio occidental. Los granjeros de aquellos antiguos poblados habrían sido de los primeros en domesticar la planta, que la combinaban con el maíz y las judías.

Según los científicos, que han descubierto los restos en una zona baja tropical, la planta debe de haber sido transportada a través de los Andes hasta lo que hoy es Ecuador, ya que las guindillas sólo crecen silvestres al este de las montañas.

Los restos de las guindillas no estaban bien conservados por lo que sólo se ha podido encontrar pruebas de su uso a través de restos microscópicos en antiguos recipientes para cocinar.

La autora del reportaje, Linda Perry, asegura que los hallazgos cambiarán la percepción sobre la sofisticación de los alimentos del continente, miles de años antes de la llegada de Colón.