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Reportaje:

La crisis amenaza la revolución de la mujer

El empleo femenino está aguantando por ahora más que el masculino - Pero la sombra de la recesión pone en peligro el salto histórico que han dado las españolas en la última década

Carmen Sánchez-Silva

Cuidado. La crisis económica empieza a poner en cuestión si los derechos adquiridos por la mujer en el mercado laboral y los hitos conseguidos en los últimos años pueden mantenerse. Es una duda que, con el imparable deterioro de la economía, resulta difícil de responder tajantemente, ni siquiera en el día de la mujer trabajadora, que se celebra hoy.

El acceso de la mujer al mercado de trabajo ha crecido como nunca en España, donde la tasa de actividad femenina ha pasado del 45% de 2005 al 51% de finales del año pasado, contribuyendo a que la población activa aumentase sin detenerse desde 2000. Al mismo tiempo, la tasa masculina ha empezado a decrecer entre 2007 y 2008.

Y mientras los hombres han visto cómo el paro se ha cebado en ellos desde que la crisis económica ha hecho acto de presencia -sólo en el último año el número de desempleados varones se ha duplicado (de 800.000 a 1,6 millones)-, las mujeres han resistido con mayor firmeza sus embates, pasando de un millón a 1,5 millones de desempleadas en el mismo periodo. La destrucción de empleo en sectores netamente masculinos, como son el de la construcción y del automóvil, explica esta diferencia.

El aumento de la temporalidad en la contratación recae sobre las féminas
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Pero el problema puede llegar ahora, una vez que el sector servicios, en el que se concentra la presencia femenina, empiece a destruir empleo, como ya se viene barruntando en los últimos meses. Y, en el trasfondo, se vislumbra la posibilidad de que ese avance de la población activa eche el freno, con el consiguiente deterioro de la competitividad de nuestra economía.

De momento, las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres de perder su empleo, según Sara de la Rica, coordinadora del Observatorio Laboral de la Crisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). "Si las cosas continúan como hasta ahora, de cada 100 empleos, 30 se perderán en la construcción y sólo 12 en servicios, industria y agricultura, en los que el número de trabajadoras es más elevado. Por eso las mujeres no van a estar en peor situación que los hombres. Menos aún cuando, además, su nivel de formación es más alto que el de ellos", asegura.

No lo tiene tan claro la investigadora del Instituto de Estudios Fiscales -dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda-, María Pazos. A su juicio, aunque las mujeres tengan mayor formación que los hombres, al final se sitúan en los trabajos más precarios y en gran medida a tiempo parcial. Y si, como ha anunciado el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, la intención del Gobierno es contener la escalada imparable del desempleo a través de contratos a tiempo parcial, este hecho "abocará a la mujer a la precariedad laboral, puesto que el tiempo parcial es femenino en todos los países europeos". Y lo que es peor, "potenciaremos la dependencia económica de las mujeres en sus maridos, desandando el camino andado en los últimos años y poniendo a más familias en riesgo de pobreza", afirma.

Los sindicatos mayoritarios coinciden con esta línea argumental: "La segregación ocupacional, la temporalidad, el tiempo parcial y la discriminación salarial convierte a las mujeres en las personas más vulnerables ante la situación de crisis económica y de destrucción de empleo", aseguraba esta semana Carmen Bravo, secretaria confederal de la Mujer de Comisiones Obreras. Aunque por primera vez en España la tasa de paro femenina se esté equiparando a la masculina, lo cierto es que las mujeres permanecen más tiempo en el desempleo y, además, como consecuencia de su más tardía llegada al mercado laboral y los peores contratos con que han accedido a él, la cobertura por desempleo es muy inferior, añade.

UGT pone las cifras sobre la mesa: los hombres parados cobraban una media de 29 euros brutos diarios en prestación por desempleo el pasado diciembre, casi cinco euros diarios más que las mujeres. ¿Por qué?, por las diferencias salariales que existen entre unos y otros -según el sindicato las mujeres cobran un 26% menos de media que los hombres-, porque acceden a puestos más bajos en la escala laboral y porque sus contratos son más precarios que los de los varones.

La velocidad a que está fraguando la crisis no permite llegar a conclusiones maximalistas y duraderas. Es más, la realidad tiene distintas caras. Tanto es así que, aunque la tasa de paro aumente al mismo ritmo para hombres que para mujeres -que siempre la han tenido más elevada-, también es verdad, como asegura la Fundación Adecco, que ellas están captando la mayoría de los puestos de trabajo que se crean actualmente. En 2008 las trabajadoras ganaron 36.400 empleos, frente a los 656.500 que perdieron ellos. La explicación es que la situación económica ha forzado a muchas mujeres, con sus maridos en paro, a incorporarse al mercado laboral, a conseguir su primer trabajo. Al tiempo que los sectores donde se está creando empleo, es decir, la sanidad, los servicios sociales, la Administración Pública y la enseñanza, entre otros, son áreas en las que la presencia femenina es más abundante.

"La mujer todavía se defiende mejor ante la crisis, se crea más empleo femenino, pero la situación varía mucho según la actividad económica. El sector público es un colchón, en la sanidad y la educación hay mayoría de mujeres, y ahí es muy difícil que se pierdan puestos de trabajo. Pero en la industria, a diferencia de la construcción, se pierden más puestos de trabajo de mujeres. Y en algunas ramas de servicios, como hostelería y servicio doméstico, donde trabajan muchas mujeres, se está destruyendo empleo", asegura Matilde Mas, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

Cuando las mujeres se ven forzadas al paro también resulta que son las primeras en encontrar un nuevo trabajo, según Sara de la Rica. Su interpretación es que "aceptan cualquier empleo, aunque sea no cualificado y ellas tengan estudios. Y lo hacen porque son una segunda renta para la familia y porque los trabajos no cualificados son más fáciles de obtener". Otra paradoja del mercado laboral femenino, en el que la formación de los trabajadores -como en el masculino- está incrementándose de año en año, tal y como señala Randstad, empresa de trabajo temporal que apunta que actualmente el 57% de los universitarios españoles son mujeres.

Y si están más cualificadas, ¿por qué tienen sueldos inferiores? Aquí es donde entra en juego, una vez más, la desigualdad. IESE Business School y la firma de recursos humanos ICSA han presentado esta semana un estudio sobre las diferencias retributivas por niveles profesionales entre hombres y mujeres en España, Francia e Italia durante 2008. No hay excepción, a igual puesto, ellos ganan más en los tres países, siendo el nuestro el que mantiene la brecha más importante. Las directivas ganan un 15% menos que ellos, las mujeres que ostentan mandos intermedios, un 11% menos, y lo que es más preocupante, entre los empleados -donde están concentradas las féminas- ellas tienen un sueldo un 16% por debajo de ellos; frente al 14% de las operarias. ¿Estamos dispuestos a acortar estas distancias?

LUIS F. SANZ
LUIS F. SANZ

¿Para qué sirve la igualdad?

Que hay que dar ejemplo es algo que no ofrece ninguna duda a nadie. Y eso es precisamente lo que el Gobierno ha tratado de hacer a través de la Ley de Igualdad, que está a punto de cumplir dos años de vida. Sin embargo, la profesora del IESE Nuria Chinchilla alerta de que los planes de igualdad que las empresas tienen que diseñar para acortar la brecha entre hombres y mujeres pueden quedar en papel mojado si éstas solamente los redactan porque están obligadas legalmente, tal y como está ocurriendo.

Algo de eso hay y, además, desde que la crisis económica se ha hecho más abrupta, las compañías han aparcado la igualdad y otros temas que se tienen que retomar ya, según Eva Levy, que acaba de fichar por la consultora de recursos humanos Excellentsearch con el objetivo de captar mujeres para los consejos de administración de las compañías españolas. Otro de los designios de la Ley de Igualdad, que aconseja que la presencia femenina en las cúpulas de decisión empresarial no sea inferior al 40% en 2015.

En los dos últimos años las consejeras de las 35 mayores empresas que cotizan en la Bolsa han pasado de representar el 6% al 8%. Un porcentaje que contrasta sobremanera con el de las mujeres que componen sus plantillas, que es del 41%.

Al margen de las cuotas, con partidarios y detractores, las fuentes consultadas se muestran de acuerdo en que esta ley no es más que un punto de partida. Lo que realmente hace falta en España es un cambio de paradigma. Llegar a la conclusión de que la mujer no puede responsabilizarse sola de la familia y asumir dos papeles a la vez para tener igualdad de oportunidades. El hombre tiene que entrar otra vez en el hogar, sentencia Chinchilla. Abandonar la frase yo te ayudo en casa para entonar el compartimos las responsabilidades, añade Emma Fernández, directora general de Talento, Innovación y Estrategia de Indra y la única mujer en la alta dirección de la compañía, formada por 11 personas. Un puesto que ha conseguido porque la empresa permite conciliar la vida personal y la profesional mediante la flexibilidad de horarios y el teletrabajo y gracias a la ayuda de su marido, con quien ha compartido equitativamente la baja por maternidad.

Indra tiene unos 25.000 trabajadores, de los cuales el 36% son féminas, y es una de las compañías que potencia la presencia de las mujeres en su consejo de administración, donde hay tres, para contribuir a que se vaya viendo un cambio en la sociedad, agrega.

El tema trasciende a las empresas y lo que realmente hay que revisar es si existe un papel masculino y otro femenino, que incluso las propias mujeres asumen, asegura Susana Marcos, socia de la consultora de recursos humanos PeopleMatters.

Y no olvidar, como señala el director de recursos humanos de la firma de prestación de servicios al cliente Digitex, José Carlos Ramírez, que cuando las mujeres concurren a los puestos de trabajo en igualdad de condiciones, como sucede con las oposiciones a la Administración, nos desbordan y demuestran su superioridad.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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