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El dengue campa por Río de Janeiro

En lo que va de año se han registrado más de 23.000 casos y 33 muertes

Río de Janeiro, centro del turismo internacional y nacional, es escenario de una epidemia de dengue, según ha afirmado Roberto Medronho, del Núcleo de Salud Colectiva de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UERJ). En lo que va de año y hasta la semana pasada se han registrado 23.294 casos en ese Estado brasileño, con 33 víctimas mortales, cifra superior a las 30 registradas en todo el año 2007. La media de casos por día es de 900 infestados, aunque el martes fueron registrados 1.100 casos.

El Estado de Río de Janeiro pidió ayer al Ejército y a los hospitales universitarios que cedan camas para atender a los centenares de enfermos. Sin embargo, según las autoridades sanitarias de Río, "aún no se puede hablar de epidemia", y el alcalde, Cesar Maia, afirmó el martes que el mayor número de casos se registró en enero.

A pesar de estas declaraciones, la población está asustada, porque la mayoría de las víctimas mortales son niños y adolescentes aquejados de dengue hemorrágico, que llega, generalmente, tras una segunda contaminación. Lo que más preocupa a los ciudadanos es la noticia, aparecida en la prensa local, de que se están encontrando larvas del mosquito Aedes aegypti en agua sucia, mientras que en el pasado el transmisor del dengue se reproducía sólo en aguas limpias estancadas. Otra mala noticia es que el mosquito, que antes sólo picaba de día, ha empezado a picar también de noche.

Los hospitales de Rio están abarrotados. En algunos de ellos, como en el de Salgado Filho, en el barrio Meier, fueron desocupados dos pisos para hospitalizar a niños infectados de dengue. Las autoridades sanitarias aseguran que han aumentado el número de médicos y de centros de análisis clínicos para diagnosticar la enfermedad. En algunos hospitales, los casos de dengue hemorrágico alcanzan a un 20% de los afectados.

Los expertos debaten por qué esta enfermedad ha golpeado a Río con mucha más fuerza que a otras ciudades del país. Al parecer, la incidencia de dengue es mucho menor en ciudades donde se previene la enfermedad a través de visitas periódicas a las casas por parte de equipos dedicados exclusivamente a ello. En Río, faltan esos equipos o no son suficientes para una ciudad de cerca de diez millones de habitantes, más de uno de ellos en las favelas. La prevención debe desarrollarse, dicen los especialistas, durante todo el año y no sólo cuando llega la epidemia.

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