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La difícil convivencia con las amenazas

Los peligros sobre Doñana se multiplican. Vertidos, extracciones hídricas ilegales, venenos... Una lucha sin cuartel para mantener intacta esta joya de la naturaleza

Manchas de petróleo en las playas de Doñana, un lince atropellado en la carretera Almonte-Matalascañas, tres águilas imperiales muertas por envenenamiento y denuncias de cambio de uso ilegal de terrenos forestales a cultivos de regadío. Dentro del espacio protegido más emblemático de España desean que pase este verano de pesadilla y las aguas vuelvan a su cauce. Pero hasta esto último también provoca dolores de cabeza, ya que por encima de todo estamos en un humedal, y el uso indebido del agua del acuífero asusta a gestores, científicos y conservacionistas.

Justo en el 40º aniversario de su protección como parque nacional, las noticias negativas se agolpan sobre Doñana, donde reinaba la calma desde que distintas administraciones decidieron trabajar juntas en su regeneración hídrica, tras el vertido tóxico de 1998 procedente de las minas de Boliden Apirsa en Aznalcóllar (Sevilla). En pleno verano, Cinta Castillo, consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, declaraba que "Doñana está ahora mucho mejor que hace 40 años, cuando su supervivencia estaba en peligro", para añadir: "A pesar de los problemas y amenazas que se ciernen sobre este territorio y que nos deben mantener siempre en guardia y vigilantes".

Entre finales de julio y principios de agosto, manchas de petróleo procedentes del vertido del buque SCF Caucasus en la refinería del puerto de La Rábida (Huelva), ensuciaron parte de la costa de Doñana. El accidente no derivó en una catástrofe ambiental, pero sí fue un aviso. De hecho, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF-España advierten de que este tipo de accidentes se pueden generalizar e ir a más si se consolida la ampliación de la refinería de Cepsa y, sobre todo, si se construye el oleoducto que unirá este punto con una nueva refinería en Badajoz, la de Balboa, ampliamente contestada desde el movimiento ecologista y vecinal. Según las asociaciones defensoras de la naturaleza, "el abastecimiento de la refinería de Santos de Maimona [Badajoz] requerirá 100 petroleros al año, lo que supone un riesgo totalmente inasumible para un espacio tan emblemático, ya que multiplicaría por cuatro los posibilidades de que se produzcan mareas negras". Como medida de prevención, otra organización, Oceana, presentó una propuesta inicial para delimitar un área de conservación marina de la costa oriental del golfo de Cádiz. En ella se propone la ampliación de la zona protegida de Doñana desde los escasos dos kilómetros actuales mar adentro hasta una franja costera que oscilaría entre los ocho y los 13 kilómetros y que abarcaría desde Mazagón hasta Rota, triplicando la longitud actual.

Del agua del mar a la del interior. También en pleno verano, WWF-España denunció ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva el incumplimiento del Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana (POTAD), ya que desde 2003, año de su aprobación, han aparecido más de mil hectáreas de nuevos cultivos ilegales bajo plástico en su área de delimitación. De ellas, 596 hectáreas pertenecen a la zona A del POTAD, que el artículo 45 de dicho plan define como zona de protección de recursos naturales en la que se "prohíbe la transformación del uso forestal y la implantación de nuevos usos agrícolas". El resto de la superficie que ha sido transformada, según el informe cartográfico presentado por WWF-España, pertenece a zonas donde existen limitaciones específicas para el cambio de uso de suelo o la prohibición de transformar cultivos de secano en regadíos.

La Junta de Andalucía, aunque cuestiona la cifra, sí admite que hay cultivos ilegales, que están denunciados y que hay orden de que se restituyan los terrenos a su estado original. Sin embargo, Felipe Fuentelsaz, del proyecto Doñana de WWF-España, invita a cualquiera a visitar algunos de estos cultivos, "por ejemplo, en Matalagrana y en la cabecera del arroyo de La Rocina, donde siguen en pie los regadíos y a veces en terrenos de titularidad municipal".

Las entrañas de Doñana sufren una extracción de agua similar a la que ha llevado a las Tablas de Daimiel a la práctica extenuación. Fue la propia Agencia Andaluza del Agua la que en un documento presentado en abril en el Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana reconocía que desde 1974 existe un descenso continuo de los niveles del acuífero Almonte-Marismas, el mismo del que se abastecen las marismas del espacio protegido y las 5.000 hectáreas de cultivos de fresas del entorno, de donde sale el 60% de la producción española. Los agricultores critican la denuncia de WWF y advierten de que la agencia recoge datos de un periodo de sequía. Para Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de Andalucía, "la producción fresera de la comarca de Doñana es modélica, incluido el consumo de agua, y lo único que se consigue con tanta denuncia es favorecer los intereses comerciales de otros países".

Fernando Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y uno de los mejores conocedores de esta tierra, afirma que "Doñana depende tanto de lo que ocurre dentro como de lo que se hace fuera, y ahora mismo el principal problema es la extracción de agua a través de pozos ilegales. Antes, el acuífero todavía descargaba sobre la marisma entre mayo y julio, pero eso no sucede ya por la cantidad de agua que chupan los regadíos, que acortan cada vez más el hidroperiodo".

Todos coinciden en que algo hay que hacer. Justo Mañas, viceconsejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta, adelanta que a finales de septiembre expondrán "un documento que delimita de forma más precisa qué es terreno forestal y de alto valor de la biodiversidad y cuál es agrícola, además de demarcar corredores ecológicos entre los primeros y establecer claramente en los segundos las áreas en las que bajo ningún concepto se pueden implantar cultivos de regadío". Desde los grupos ecologistas contestan que mientras tanto hay que obligar a cumplir el POTAD, "que es normativa en forma de decreto", recuerda Felipe Fuentelsaz.

Sobre los recursos hídricos y la recuperación del acuífero Almonte-Marismas, la Administración andaluza también prepara una serie de medidas: la detección y sellado de todos los pozos ilegales y el trasvase desde otros puntos de la cuenca del Guadalquivir de 4,9 hectómetros cúbicos anuales de agua. Pero queda un problema que ya no afecta a la cantidad, si no a la calidad, como denuncian en la EBD: los restos del uso intensivo de abonos y de insecticidas químicos en los cultivos acaban llegando al interior de la zona protegida y afectándola.

De esa biodiversidad formaban parte el lince ibérico y las tres águilas imperiales (una hembra y dos pollos) muertos, respectivamente, por atropello en la carretera Almonte-Matalascañas y por ingerir un conejo envenenado en Aznalcázar (Sevilla), en el entorno del espacio natural de Doñana (integrado por el parque nacional y el parque natural). Para ambas especies, estas muertes no naturales suponen un mazazo para su conservación, porque las últimas noticias en torno a ellas lanzaban men¬sajes de esperanza. En el caso del felino se ha detenido el declive de las hembras territoriales, y fue en el interior del parque, en el centro de cría de El Acebuche, donde nacieron en 2005 los primeros linces en cautividad de la mano del equipo de la bióloga Astrid Vargas. Los sucesivos nacimientos han hecho madurar el programa de reintroducción de la especie, y ya se pronostican las primeras sueltas para este otoño. Pero no se harán en Do¬¬ñana, donde no parece que quepan más ejemplares de los que hay (40-50 individuos). Algunos de los que intentan salir (jóvenes en dispersión principalmente) caen en el asfalto que rodea el área protegida, ya que la mortalidad por atropellos es la principal causa de mortalidad no natural en la comarca. Además, el camino agrícola asfaltado que une Villamanrique de la Condesa con El Rocío está señalado como otro de los puntos negros para el lince ibérico y pendiente de juicio en el Tribunal de Luxemburgo por ser transformado en carretera en 2002 por la Junta de Andalucía.

Otra especie considerada en peligro de extinción y que sólo habita en la Península es el águila imperial ibérica. Hace poco se había dado a conocer su recuperación en Doñana, donde había alcanzado las nueve parejas, pero de golpe se ha perdido más de un 10% de la población por envenenamiento. La sospechas recaen en ambientes cinegéticos y ganaderos, pero en esta ocasión los responsables de la conservación de la rapaz señalan con el dedo a otros: los traficantes de droga. Eliminar de un golpe la vigilancia de un nido por la falta de sus inquilinos puede dejar el camino expedito a una vía de entrada ilegal de estupefacientes.

Seis millones de aves

"Nuestro mensaje en la conmemoración del 40º aniversario de la declaración de Doñana como espacio protegido es que hemos pasado de 37.000 a 100.000 hectáreas y que hay especies de aves, como el avetoro y el morito, que se dieron por extinguidas aquí y que tras muchos años han vuelto a criar; del morito, este año han nacido 6.000 pollos". Fernando Hiraldo, director de la EBD-CSIC, sin quitar un ápice de importancia a las amenazas, también quiere hacer valer la calidad y la cantidad de la biodiversidad que encierra uno de los espacios protegidos más importantes de Europa.

En España, ningún espacio natural presenta los números de Doñana. Este invierno, sólo en aves acuáticas invernantes se contabilizaron casi medio millón de individuos. El total de aves a lo largo del año sobrepasa los seis millones de ejemplares. La gran variedad de ambientes (dunas, marismas, monte mediterráneo, bosques de galería, costa, cultivos) y su privilegiada situación, en plena ruta migratoria entre África y Europa, le hacen un lugar apetecible para grandes nombres de la fauna: lince ibérico, águila imperial ibérica, cigüeña negra, grulla común, meloncillo, nutria, malvasía cabeciblanca y garcilla cangrejera. Gran parte de los citados están considerados en peligro de extinción en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

El aislamiento que en muchos casos padece parte de esta biodiversidad se ha intentado paliar con la creación del Corredor Verde del Guadiamar, una de las consecuencias positivas de los trabajos posvertido de las minas de Boliden en 1998. Entonces se puso en marcha el programa Doñana 2005, un proyecto de restauración hidroecológica parcelado en once actuaciones para recuperar la dinámica natural de la marisma y la funcionalidad de ríos, caños y arroyos que vierten sus aguas al espacio protegido. La mayoría de las actuaciones están acabadas, pero faltan algunas que resultan vitales, como la entrada de las aguas del río Guadiamar, el afectado por el vertido, en la marisma. Son varias las instituciones que reclaman un Doñana 2005 bis o similar para que el humedal se dote de mejores defensas ante las amenazas.

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