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Los diputados que apoyen la ley del aborto no podrán comulgar

La Iglesia presiona a los legisladores - "El pecado no tiene cabida en el ordenamiento jurídico", replica el Gobierno

Los católicos que apoyen la reforma de la ley del aborto no serán expulsados de la Iglesia, como había anunciado la Conferencia Episcopal a principios de este mes, pero estarán "en una situación objetiva de pecado" y no podrán comulgar. Eso sí, serán absueltos si, tras confesarse, manifiestan públicamente su arrepentimiento, según explicó ayer en conferencia de prensa el portavoz del Episcopado, Juan Antonio Martínez Camino. La advertencia se dirige a cualquier católico, incluyendo a los diputados y senadores que tendrán que votar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva que se tramita en el Parlamento. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega le respondió en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros: "Los poderes públicos actúan con independencia de las creencias religiosas. El concepto de pecado se sitúa en el ámbito de las creencias y no tiene cabida en el ordenamiento jurídico".

Martínez Camino insistió ayer en que "no se juzga la culpabilidad subjetiva" de cada individuo, sino que sólo se contempla su oposición "a una doctrina moral de la Iglesia". El pasado 10 de noviembre ya había manifestado lo siguiente: "Quien apoye, vote o promueva esa ley está en pecado mortal público y no puede ser admitido a la sagrada comunión. Quitar la vida a un ser humano es contradictorio con la fe católica. Quien contribuya a ello está en la herejía y, por tanto, excomulgado". El prelado proclamó que esa doctrina episcopal "vale para todos los católicos, estén en el partido que estén y por encima de lo que les diga su partido".

La posición de la Iglesia católica y sus manifestaciones en torno a esta ley formaron parte del debate que se mantuvo el jueves en el Congreso de los Diputados para decidir si la reforma se seguía tramitando. Varios grupos de izquierda hicieron referencia a la necesidad de mantener la cuestión al margen de las injerencias del Episcopado. "La moral católica les obliga a ustedes, a nosotros nos obliga la moral civil, que es la moralidad de las leyes y de la Constitución", señaló el diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares. "Yo, que reconozco a los católicos su moral y les reconozco también la dirección de su moral por parte de la Conferencia Episcopal, les pido que reconozcan la legitimidad de esta Cámara para legislar en estas materias".

Las discusiones sobre la reforma de la regulación del aborto han estado unidas desde el principio a la opinión de la jerarquía eclesiástica. El propio presidente del Congreso de los Diputados, el socialista José Bono, publicó el jueves en este diario un artículo hablando sobre la cuestión en el que hacía referencia a su condición de católico. Defendió la nueva ley como mal menor y explicó que "como político que quiere inspirar su vida en el Evangelio de Jesús", aspira "a que también esta ley incluya una dimensión de comprensión y misericordia".

Juan Antonio Martínez Camino.
Juan Antonio Martínez Camino.

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