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Reportaje:

Del diván a los tribunales

Un juez obliga a un psicólogo argentino a devolver 67.500 euros por un mal tratamiento

Jorge Marirrodriga

Una ciudadana argentina visitó durante 28 años el diván de un psicólogo. Desarrolló con él una fuerte relación de dependencia, incluso aceptó pagarle por adelantado -y en dólares- por varios años más de tratamiento. Después le denunció, y ahora los tribunales le han dado la razón y han condenado al psicólogo a una elevada multa. La sentencia sienta un importante precedente en las relaciones entre pacientes y especialistas en un país donde -mucho más allá de lo que diga el tópico sobre "la tierra del psicoanálisis"-, abundan los gabinetes psicológicos y una proporción importante de la población acude regularmente a terapia.

Un tribunal de lo Civil de Buenos Aires ha condenado al psicólogo, cuya identidad no ha sido revelada, al pago de 67.500 euros a su paciente -que ya tiene 73 años- resaltando que la duración de tres décadas de tratamiento no tiene justificación alguna y que la exigencia del pago por adelantado de tres años y medio de consultas -a 200 dólares (157,72 euros) por sesión- constituye un hecho probado de "privación de libertad" del paciente, que tiene el derecho a interrumpir el tratamiento o elegir a otro terapeuta cuando quiera. El adelanto exigido ataba de manera injustificada a quien dispensa el tratamiento.

La sentencia pone el dedo en la llaga de una cuestión que se vive en la sociedad argentina: hasta qué punto los pacientes que acuden a un psicólogo para recibir un tratamiento puntual terminan convirtiendo al profesional en una especie de consejero personal que, en caso de darse una mala praxis por parte del especialista, tiene una gran influencia en su vida e interfiere en sus relaciones con terceros.

En concreto, los tres magistrados que la han redactado señalan que los 28 años de terapia aplicados a la mujer indican claramente la "escasa eficacia o éxito" de los métodos empleados por el psicólogo, al que acusa además de mala praxis y falta ética muy grave.

El texto destaca que la paciente "presenta signos patológicos crónicos derivados de su personalidad" y subraya que, además, tenía una relación de dependencia con el psicólogo, extremo que negó el acusado, aunque el tribunal se ha inclinado por esta tesis tras escuchar las palabras de varios testigos. El pago por anticipado de las sesiones de terapia se realizó entre 1994 y 1995 como "adelanto de honorarios", que el psicólogo registró incluso en un documento escrito a mano.

En Argentina hay más de un psicólogo por cada mil habitantes, de los cuales el 85% son mujeres, según las estadísticas. Y habrá más: unos 60.000 estudiantes cursan la carrera de psicología impartida en 37 universidades y centros especializados.

Del pago al que tiene que hacer ahora frente el psicólogo condenado, 62.500 euros son como devolución por las sesiones pagadas por adelantando y otros 5.000 euros se destinan a reparar el daño moral y la "angustia e incertidumbre" que ha vivido la paciente para recuperar su dinero.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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