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La crisis en la ciencia

Los organismos de investigación pierden un 15% del presupuesto

Los siete OPI sufren recortes, algunos drásticos - Los centros biomédicos en red prevén 500 contratos menos - Ciencia opta por más créditos a empresas

Los organismos públicos de investigación (OPI) destacan como unas de las grandes víctimas del recorte propuesto para ciencia en el proyecto de Presupuestos del Estado del año que viene. Hay que tener en cuenta que sólo el mayor de los OPI, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), genera en torno a la mitad de la actividad científica en España. Los siete organismos suman para 2010 un presupuesto de 1.341 millones de euros, un 14,7% menos que el año pasado.

Según el mismo Ministerio de Ciencia e Innovación, del que dependen, la "austeridad presupuestaria" se centra en dos grandes partidas: por un lado, 93 millones se reducirán de los gastos corrientes del ministerio, pero 274 millones se ahorrarán de las "transferencias destinadas a cubrir los gastos corrientes y de capital de los organismos dependientes del ministerio, incluidos los OPI". Una nota hecha pública por el departamento añade: "Estos organismos disponen de reservas para hacer frente con normalidad a todas sus previsiones de gasto".

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Pero los recortes son cuantiosos y los fondos de este año tampoco son notables. Los OPI son: el CSIC, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Sufren los mayores recortes el IGME (-29%) y el Ciemat (-26%). El ISCIII sufre un recorte del 16,3% y el CSIC, del 13,6%.

El presupuesto presentado el martes por el Gobierno indica que Ciencia e Innovación, que dirige Cristina Garmendia, pierde un 15% en gastos no financieros. En el cómputo global del I+D+i, que incluye actuaciones de varios ministerios, se refleja la reducción de un 3,1%. La diferencia se debe a que la partida global incluye los créditos, un recurso dirigido especialmente a las empresas, ya que ni los científicos, ni los OPI, ni los investigadores de las universidades recurren a ellos, con alguna excepción. Es un recurso que el Gobierno de Zapatero criticó a los anteriores Gobiernos de Aznar y prometió no repetir.

Los científicos no obtienen beneficios económicos de su trabajo con los que restituir los préstamos, por lo que la ciencia se financia con subvenciones (con evaluación rigurosa para la selección de proyectos y de los resultados). En los presupuestos de Ciencia e Innovación, el Capítulo 7, que cubre los proyectos científicos competitivos, suma 1.497 millones de euros, mientras que el capítulo 8 de activos financieros (créditos, que se conceden con una evaluación de criterios más difusos y pueden no ser devueltos) asciende ya a 3.219 millones de euros.

Estos recortes vienen después de un año de restricciones. En su informe sobre los presupuestos de 2009, la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) resumió que ya se aprecia un "crecimiento casi nulo de los recursos destinados a financiar la investigación científica y tecnológica, un 2,5% frente al 16% previsto en el VI Plan Nacional de I+D+i (2008-2011)". Asimismo alertó acerca de un "uso significativo de anticipos reembolsables que se incrementan un 5,7%, frente a las subvenciones que se reducen un 1,5%". Sobre la financiación de los programas de investigación, la Cosce señaló: "los fondos para convocatorias públicas se reducen un 17%".

Para el año que viene, afirma el departamento de Garmendia, su presupuesto "se mantiene" (de hecho se incrementa un 0,2%) contando con los créditos.

El CSIC -ahora con estatuto de agencia estatal- puede recurrir a algún crédito y recurso financiero para afrontar el duro presupuesto de 2010 garantizando la operatividad de su centenar de institutos, pero si la época de vacas flacas se alarga, las dificultades pueden agravarse -y mucho-. Este organismo, además de la transferencia que recibe del ministerio (unos 540 millones este año, con los últimos ajustes, y 112 menos en 2010), ingresa unos 200 millones al año generados por recursos propios (desde patentes hasta proyectos internacionales).

Ciencia e Innovación asegura que mantiene "todas las vías clásicas de financiación para los investigadores y las empresas, siendo ésta su prioridad en 2010. Además, el sistema tendrá acceso a otras posibilidades, que compensarán con creces la ausencia de un crecimiento expansivo en 2010". El ministerio afirma que se garantiza "la continuidad de todos los proyectos en marcha del Plan Nacional y del Programa Ingenio 2010". Asimismo afirma que habrá "convocatoria de nuevos proyectos por valor de 136 millones de euros frente a 108 millones en 2009, lo que supone un incremento de un 26%". También las becas y contratos para investigadores y tecnólogos se incrementarán, según Ciencia. Sin embargo, en los Centros de Investigación Biomédica en Red (Ciber), por ejemplo, la reducción de contratos se estima ya en 400 o 500 el año que viene respecto a la situación actual. Estos nueve centros pierden un 22,9% de su presupuesto

La Federación Española de Centros Tecnológicos (Fecit) ha hecho ya un análisis preliminar de los presupuestos 2010 y "valora negativamente la reducción del Capítulo 7 de un 25%, maquillada mediante un incremento sustancial de cerca del 10% en los préstamos, que no supone un esfuerzo presupuestario real y que hace que estos pasen a constituir un 53% de los fondos dedicados a financiar la I+D+i a un 60%". En las valoraciones positivas, destaca la reducción de gastos estructurales y de gestión del ministerio y el "esfuerzo especial destinado a la investigación y desarrollo tecnológico industrial".

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, durante la inauguración de la <i>Sala Blanca</i> del Instituto Nacional de Microelectrónica de Barcelona.
La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, durante la inauguración de la Sala Blanca del Instituto Nacional de Microelectrónica de Barcelona.EFE

La cruda realidad tras las cifras

El desglose de las grandes cifras del proyecto de presupuestos para los Organismos Públicos de Investigación (OPI) desvela una perspectiva especialmente complicada para el año que viene, si los números no varían en el documento definitivo. Por ejemplo el Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas) sufre una reducción de un 26% (de 116 a 86 millones de euros). Pero al entrar un poco en detalle es cuando se vislumbra el alcance del recorte presupuestario. Casi 51 millones y medio del total se consume en pagar al personal, una partida que no se puede recortar y que, aún siendo básicamente similar a la de este año, supone en 2010 un 59% del total, frente a un 44% este año.

Entonces, ¿dónde están las reducciones? Pues en los capítulos de gastos corrientes (en torno a un 40% menos que este año), con los que no sólo se pagan el teléfono del centro, la luz y el mantenimiento de las instalaciones, sino también los productos consumibles para los laboratorios, los gastos de publicaciones científicas, los viajes a congresos y visitas a empresas, etcétera. Otro capítulo presupuestario seriamente afectado (un 61% de reducción para el año que viene) es el de inversiones, con el que se compran equipos y se hacen contratos. El panorama es duro para el Ciemat, que se ocupa de I+D de energía -muy especialmente renovables-, un sector clave en la economía.

Similar situación o peor afrontan otros OPI. El Instituto Geológico y Minero recibirá el próximo año 31 millones de euros, frente a 44 millones de 2009, pero de esa cantidad, el capítulo 1 del presupuesto (salarios) asciende a casi 21 millones de euros. Quedan 11 millones para mantener la actividad del centro.

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