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La enseñanza del catolicismo cae ocho puntos en un lustro

Los obispos denuncian las trabas impuestas a la asignatura

La enseñanza del catolicismo en las escuelas y los institutos españoles preocupa a los obispos. También los enfrenta al Gobierno cada año. Las estadísticas no son propicias a la jerarquía, pese a que los porcentajes siguen siendo altos. En los últimos cinco cursos, la asistencia de alumnos a esas clases ha caído 8,3 puntos (del 79,3% de 2005-2006 al 71% de este año). De oferta obligatoria por los centros, pero voluntaria para los alumnos, las clases de religión y moral católica las imparten profesores pagados por el Estado, pero elegidos por los prelados.

La Conferencia Episcopal Española (CEE) publicó ayer el informe anual sobre los alumnos que reciben "formación religiosa y moral católica" este año. Son 3.172.537 alumnos, sobre el total de 4.470.191 en toda España y en todos los niveles educativos, lo que representa un 71%. Por tipos de centros, el porcentaje en la escuela católica es del 99,2%; en los de titularidad estatal, el 62,7%, y en los centros civiles (privados no católicos), el 69,6%. La media total, del 71%, supone una caída de un 1% respecto al curso pasado.

"Hay nula, escasa o sesgada información al matricular a los alumnos", dicen

La Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la CEE no informó ayer sobre el reparto de esos porcentajes por niveles educativos y cursos, pero sí sobre la tendencia a la baja. Estos son los datos de hace un lustro en los centros públicos: el 81,7% acudía a clase de religión en educación infantil, el 82,8% en primaria, el 51,4% en educación secundaria obligatoria (ESO) y el 39,2% en bachillerato (media: 70,1%, frente al 62,7% de ahora).

La jerarquía elevó, una vez más, su queja por "las dificultades a las que se enfrenta la enseñanza de esta asignatura", en referencia, sobre todo, a las autoridades educativas. Entre esas dificultades se subraya "la nula, escasa o sesgada información a la hora de matricular a los hijos; el mismo menosprecio que, en ocasiones, se hace de los profesores, impidiendo el normal desarrollo de su actividad; el traslado del horario de estas clases a la primera o última hora del día, invitando así a no asistir a ellas, y la minusvaloración frecuente de la aportación de la religión a la educación de los alumnos".

Según la CEE, estas situaciones "son causa de discriminación de la enseñanza religiosa escolar, van contra los derechos fundamentales de los padres y perjudican el auténtico, pacífico y verdadero progreso humano, espiritual y religioso del alumno".

Los obispos sostienen que es la Ley Orgánica de Educación (LOE) la que "ha introducido esas trabas inaceptables para que los alumnos opten en igualdad de oportunidades por la enseñanza de la religión católica en los distintos tramos de enseñanza". Pese a todo, destacan cómo, "pese a las graves dificultades, los padres y alumnos ejercen cada año, voluntaria y mayoritariamente, su derecho fundamental de elegir la formación religiosa y moral católica".

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