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Un equipo de científicos descubre un segundo gen de la obesidad

La influencia de los genes en que una persona padezca obesidad está cada vez más clara, según dos estudios publicados en la revista científica Nature Genetics. Un equipo de investigadores de varios países -con el que han colaborado 77 instituciones de Reino Unido, Francia, Alemania, Finlandia, Italia y Suecia- ha descubierto variaciones genéticas que incrementan el riesgo de sufrir este problema. Hasta ahora, sólo la variación de un gen, el FTO, se había asociado de forma convincente al aumento del riesgo de sufrir obesidad.

El equipo, dirigido por Mark McCarthy, Inés Barroso y Nicholas Wareham, ha analizado los genomas de más de 90.000 personas y ha descubierto que una variante cercana al gen MC4R incrementa la posibilidad de padecer obesidad. Las personas que tienen esta variante pesan una media de 1,5 kilos más que quienes no la tienen. Si además presenta la variación del gen FTO (descubierto en 2007), el peso puede ser de casi cuatro kilos más.

El gen culpable

"Varios grupos ya habían apuntado que algunas variantes en el gen MCR4 eran responsables de ciertos tipos de obesidad, especialmente la que afecta a familias enteras. Sin embargo, ahora hemos podido corroborar este punto y además averiguar nuevas variantes que afectan a más personas de las que se creía", explica en las páginas de la revista científica la doctora Ruth Loos, coordinadora de la investigación.

Casi el 6% de los niños y adultos que sufren obesidad mórbida tienen un defecto genético que les hace sentirse siempre como si tuvieran el estómago vacío. Aunque aún no está claro cómo influye esta variante en la función del MC4R, es importante conocer qué mutaciones de ese gen están en el origen de casos graves de obesidad infantil, dicen los investigadores.

Otro estudio recogido por Nature Genetics y dirigido por Jaspal Kooner, de la Universidad de Imperial College de Londres, revela que una variante cercana al mismo gen, más frecuente en personas de ascendencia indo-asiática o europea, incrementa el riesgo de padecer obesidad y resistencia a la insulina. Esta variación genética deber tenerse en cuenta, según los investigadores, para abordar el incremento de la obesidad en estas regiones del mundo.

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