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Una especie acosada por la sarna

Cazadores matan 500 gamos y muflones en Cazorla para salvaguardar el hábitat de la cabra montés

Cazadores adscritos a la Federación Andaluza de Caza han abatido durante el tiempo transcurrido de esta primavera alrededor de 500 gamos y muflones en el parque nacional de Cazorla, autorizados por los responsables de la conservación del parque. La caza se ha realizado con el fin de rebajar las poblaciones de esas especies, que amenazan el hábitat y la supervivencia de la cabra montés, especie protegida y endémica de la Península, según el director conservador del parque Emilio González Capitel.

La cabra hispánica que habita en Cazorla, en una extensión de 214.000 hectáreas, está siendo diezmada por la sarna sarcóptica desde hace tres o cuatro años. Los primeros síntomas de la incidencia de esta enfermedad en las cabras se observaron en la primavera de 1988, según González-Capitel. Los guardas del parque han contabilizado hasta ahora unos 450 individuos de cabra montés muertos, sobre una población estimada en 3.000 animales. Emilio González-Capitel ha manifestado a este diario que se decidió el sacrificio de gamos y muflones ante la enorme dificultad de capturarlos vivos para su traslado a otras áreas. Las piezas capturadas se quedan en poder de los propios cazadores, o éstos las entregan a la dirección del parque, que luego las vende a los restaurantes de la zona a unas 300 pesetas el kilo."La presión demográfica ejercida por el gamo y el muflón ya provocó en la zona la extinción del corzo. Y ahora estos animales han ocupado el hábitat de la cabra montés, de forma que ésta tiene que buscar otros espacios. Ello incide en una peor alimentación y en la disminución de las defensas inmunológicas de esta especie, que se ve más expuesta a padecer infecciones", afirma GonzálezCapitel.

Falta de control

La alarma sobre la enfermedad de la cabra hispánica cundió hace un año aproximadamente. Entonces, el catedrático de Patología Animal de la universidad de Murcia, Luis León Vizcaíno, que trabaja en el parque nacional de Cazorla desde hace 10 años, diagnosticó la sarna sarcóptica tras hacer algunas autopsias en animales muertos. Según León Vizcaíno, la enfermedad llegó al parque a través de un rebaño de cabras domésticas que padecía la sarna. "Existe una notable falta de control sobre los rebaños de ovejas y cabras que pastan en el parque, y si no se les aplica un control sanitario más estricto, además del oficial, puede ocurrir cualquier otra epidemia. Ya en 1980 se produjo una epidemia de brucelosis que afectó a la cabra montés, y la especie tuvo un importante descenso de la natalidad".León Vizcaíno asegura que nunca había visto un brote de sarna tan grave como el que padece la cabra hispánica de Carzorla. En su opinión, pueden haber muerto unos 800 individuos como mínimo, y considera que no había otra alternativa que sacrificar a los muflones y los gamos, "a los que se va a seguir abatiendo según un programa previsto", para salvar el hábitat de la cabra montés. Otro de los problemas que plantea este veterinario es el de la caza furtiva de cabra hispánica. "Es muy difícil controlar este tipo de caza en Cazorla por la extensión tan grande del parque, pero realmente la ley es muy poco rígida con los furtivos".

"En noviembre de 1988, y después de intentar varios tratamientos que resultaron fallidos y nos hicieron perder casi un año, nos decidimos por un método consistente en utilizar dardos hipodérmicos que contienen una dosis adecuada del fármaco ivermectina, los cuales, una vez lanzados con rifles especiales, se desprenden del animal por sí solos. Contamos con nueve rifles y estamos tratando de 10 a 12 animales por día y rifle con buenos resultados", añade González-Capitel.

La ivermectina cuesta unas 100.000 pesetas por litro, pero ha sido suministrada de forma gratuita por la multinacional farmacéutica Merck a cambio de que se le facilite información de los resultados del tratamiento. Esta es la primera vez que se trata una enfermedad de tales características en animales que viven en libertad, según González-Capitel.

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