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Tres especies africanas de murciélagos se revelan como reservorios del virus Ébola

Los científicos llevan casi 30 años buscando el escondite del temible agente patógeno

Javier Sampedro

Desde 1976, cuando la horrible muerte de 431 personas en Sudán y Zaire fue adjudicada al virus Ébola, los científicos llevan casi 30 años buscando el reservorio de ese agente infeccioso. El Ébola infecta a gorilas, chimpancés y antílopes, pero es tan mortal para ellos como para las personas, y por tanto no puede utilizarlos como un medio de propagación eficaz. Un equipo dirigido por Eric Leroy ha identificado ahora tres especies africanas de murciélagos que son portadoras sanas del Ébola. Desde hace dos meses, los murciélagos asiáticos son también sospechosos de propagar el SARS.

Desde 1976 se han registrado brotes de Ébola en Sudán, Zaire (actual República Democrática del Congo), Gabón, Costa de Marfil, Liberia, Suráfrica, Uganda y República del Congo. Han afectado a un total de 1.848 personas, de las que han muerto 1.287 (una mortalidad del 70%).

El virus es poco contagioso, y sólo se transmite por contacto directo con la sangre, las secreciones o los fluidos corporales de las personas infectadas. Este hecho, unido a su alta mortalidad -que da a los infectados pocas oportunidades para contagiar a otras personas- ha mantenido casi todos los brotes por debajo de los 300 casos. El mayor, con 425 casos y 224 muertes, ocurrió en Uganda a finales de 2000.

Eric Leroy, del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville (Gabón), junto a colegas franceses, surafricanos y tailandeses, han analizado más de mil vertebrados de pequeño tamaño, capturados durante los brotes de Ébola de Gabón y la República del Congo entre 2001 y 2003.

Los científicos, que saben que el virus suele brotar a la vez a humanos, gorilas y chimpancés, intentaron afinar todo lo posible en sus expediciones de recolección: buscaron monos muertos y capturaron a los animales que vivían en esa zona. Se hicieron en total con 1.030 animales: 679 murciélagos, 222 pájaros y otros 129 vertebrados de pequeño tamaño. El resto es trabajo de laboratorio.

De los 1.030 animales capturados en las zonas sospechosas, sólo 29 han revelado rastros del virus Ébola, y los 29 son murciélagos. Pertenecen a tres especies de murciélagos fruteros: Hypsignathus monstrosus, Epomops franqueti y Myonycteris torquata. En la primera de estas especies, el 21% de los murciélagos son positivos para el virus (cuatro veces menos en las otras dos). Ninguno de los animales infectados con el virus muestra el menor signo de enfermedad: son portadores sanos, y éso apunta a los murciélagos como reservorio del Ébola, según sostienen Leroy y sus colegas, que presentan hoy su trabajo en la revista científica Nature.

"Las infecciones directas de murciélagos a seres humanos pueden reducirse con medidas educativas", escriben los científicos, "puesto que los habitantes de las zonas en que hay brotes de Ébola suelen comerse a estos animales".

En los últimos dos meses, varios trabajos científicos apuntaron también a los murciélagos como reservorio de otro virus, el del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, en sus siglas inglesas), que surgió en Asia en febrero de 2003 y se propagó por más de 20 países, infectando a más de 8.000 personas y matando a 774.

Científicos australianos, chinos y norteamericanos presentaron en septiembre pasado el análisis de 408 muestras de nueve especies de murciélagos del género Rhinolophus, capturados en cuatro zonas del interior de China. Cinco de las muestras tenían unos virus muy parecidos al del SARS. Lo mismo ocurrió poco después con 23 de los 59 murciélagos analizados en Hong Kong. Como en el caso del Ébola, ninguno de estos animales mostraba el menor síntoma de la enfermedad.

Hasta el 80%

"Los murciélagos son susceptibles a la infección por una gran variedad de virus, y son portadores sanos de muchos de ellos", explica el virólogo Luis Enjuanes, del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), que dirige un consorcio de 10 equipos científicos europeos y chinos para desarrollar una vacuna contra el SARS. "En algunas especies de murciélagos, el 80% de los animales son seropositivos para un virus muy parecido al del SARS humano, y sin padecer la enfermedad".

En China, los murciélagos pueden suponer dos fuentes de contagio. "Por un lado son un plato muy apreciado", prosigue Enjuanes, "y por otro, la medicina tradicional administra sus heces para tratar ciertas patologías. Lo más probable es que el Gobierno chino acabe prohibiendo los murciélagos, tanto en las cartas de los restaurantes como en las farmacias tradicionales".

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