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Las especies invasoras provocaron una extinción masiva

Un estudio sugiere paralelismos entre la pérdida actual de biodiversidad y la desaparición de especies hace 375 millones de años

En la historia de la vida en la Tierra ha habido cinco grandes extinciones, en las que se ha registrado una desaparición masiva de especies. Una de ellas es la de hace 65 millones de años, cuando dejaron de existir los dinosaurios que no volaban y, en total, en torno al 75% de las especies. Antes, hace entre 378 y 375 millones de años se produjo la llamada extinción del Devónico, y en ella se ha centrado ahora una experta estadounidense para averiguar las causas. Su conclusión es que las especies invasoras detuvieron el proceso natural de formación de nuevas especies y dispararon la extinción en masa. "En realidad fue una crisis de biodiversidad", más que una extinción masiva, dice Alycia Stigall. La Subraya, además, que los ecosistemas actuales del planeta, que están sufriendo una gran pérdida de biodiversidad, pueden acabar igual los de la extinción de hace 375 millones de años.

En los mares, en aquella época, había grandes peces depredadores como los duncleosteos y seres pequeños como los trilobites y los crinoideos; surgieron los primeros ecosistemas arbóreos y terrestres, con los anfibios dando sus primeros pasos en tierra firme. El nivel del océano subió y la deriva continental formó nuevas masas de tierra emergida. En estos cambios, algunas especies accedieron a entornos nuevos para ellas, convirtiéndose en dominantes y barriendo a otras especies. Los invasores eran tan prolíficos que resultó difícil para otras especies salir adelante. "El método principal de especiación que se aprecia en los registro geológicos se apaga durante el Devónico, sencillamente se detiene", dice Stigall. Todo el ecosistema marino sufrió un gran colapso, los arrecifes de corales resultaron diezmados y no reaparecieron hasta 100 millones de años después, señala la investigadora en la revista Plos One, en la que ha presentado su trabajo.

La forma típica de formación de una especie, denominada vicarianza, supone que una población resulta dividida por algún fenómeno, como la formación de una montaña, o un nuevo brazo de un río, que deja a unos individuos de la especie a un lado y otros al otro, de modo que a partir de ese momento siguen evoluciones diferenciadas. También puede pasar que una población se disperse, que una parte se desplace a nuevos territorios, se establezca en otro lugar y se formen dos especies divergentes. El primer proceso es el que se apaga durante el Devónico, según Stigall (Universidad de Ohio), efecto que se aprecia en el registro fósil correspondiente a antes de la extinción masiva. En realidad, la cantidad de extinciones en aquella época no fue superior a la tasa natural de pérdida de especies, pero el problema es que surgieron muy pocas nuevas. Por eso afirma la experta que fue una crisis de biodiversidad.

"Esta investigación es una contribución significativa a la comprensión de las invasiones de especies desde una perspectiva temporal remota", comenta lisa Boush, de la National Science Foundation estadounidense, institución que ha financiado el trabajo. "Este conocimiento es crítico para determinar la causa y el alcance las extinciones masivas en el tiempo, especialmente las cinco grandes crisis de biodiversidad en la historia de la Tierra y proporciona un importante enfoque acerca de nuestra actual crisis de biodiversidad".

Stigall ha centrado su análisis de especies en un tipo de bivalvos (Leiopteria), dos braquiópodos (Floweria y Schizophoria) y un crustáceo predador (Archaeostraca), animales marinos muy comunes en los océanos de aquella época, intentando descifrar el árbol evolutivo para ver cómo se produce la especiación.

"La ausencia de vicarianza en el Devónico tardío es diametralmente opuesta al patrón observado en otros intervalos geológicos, lo que sugiere que la pérdida de especiación por este mecanismos es atribuible a las especies invasoras, que es un factor causal de la crisis de biodiversidad", escribe la científica en su artículo en Plos One. "De modo similar, cabe esperar que los ecosistemas modernos, en los que proliferan las especies invasoras, manifieste un apagón similar de especiación como resultado de la crisis de biodiversidad contemporánea". La actividad humana actual ha introducido un gran número de especies invasoras en los ecosistemas, recuerda.

Pero encima, la tasa de extinción actual es superior a la tasa de las extinciones del pasado, también de la que acabó con los dinosaurios. "Incluso si se detuviese la pérdida de hábitat, tardaría la recuperación porque, al haberse desplazado todas estas especies invasoras por el planeta, con un alto nivel de invasión, se ha suprimido la tasa sostenible de especiación", concluye Stigall.

En cuanto a la crisis de hace 370 millones de años, los peces gigantes, los trilobites, las esponjas y los braquiópodos cayeron significativamente, mientras las tasas de supervivencia fue muy superior entre los animales que se habían aventurado hacia tierra firme.

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