El esterilizado forzoso en Carolina del Norte cobrará 39.000 euros
Ser esterilizado por un Gobierno contra la propia voluntad ya tiene precio: 50.000 dólares, 39.000 euros, por persona, según ha decidido una comisión creada por el Ejecutivo del Estado de Carolina del Norte (EE UU) para decidir cómo se compensa a las víctimas aún vivas. Un total de 7.600 personas fueron sometidas a la esterilización obligatoria entre 1933 y 1977, por considerar que podían transmitir a sus descendientes trastornos mentales o físicos, y bajos coeficientes intelectuales.
Es la primera ocasión en que un Estado norteamericano fija una compensación por eugenesia, práctica extendida a principios y mediados del siglo XX. En total, 32 de los 50 Estados de Norteamérica aprobaron leyes que permitían esa práctica, que tuvo especial resonancia en la Alemania nazi.
El Caso de Carolina del Norte es especial dentro de Norteamérica porque es el que más tarde siguió efectuando las esterilizaciones, hasta hace solo 35 años. El comité creado por el Gobierno debe ahora efectuar una lista de víctimas reconocidas. Diversos especialistas en salud pública consideran que hay 3.000. El Gobierno, por su parte, mantiene que la cifra real es menor, entre los 1.500 y los 2.000. De momento, solo hay 72 personas identificadas en un recuento oficial.
Mujeres, negras y pobres
En el caso de ese Estado, además, cualquiera podía recomendar la esterilización. Podía ser un médico, un trabajador social o un vecino. Las víctimas no debían pasar por un periodo de observación médica. Si el comité de esterilizaciones daba su visto bueno, eran operadas rápidamente. La mayoría de víctimas eran mujeres, de raza negra y escasos recursos. Muchas no padecían trastorno alguno y tenían un coeficiente normal.
El ejecutivo de Carolina del Norte pidió perdón a las víctimas en 2002. El año pasado, la gobernadora, la demócrata Beverly Perdue, creó la comisión de compensaciones, compuesta por cinco personas. El Congreso estatal debe aprobar aún el pago de 50.000 dólares propuesto. Algunas víctimas se habían unido para pedir compensaciones de un millón de dólares (785.000 euros) por víctima.
En total, se calcula que unas 65.000 personas fueron esterilizadas hasta los años ochenta. Previamente, presidentes como Roosevelt o Wilson lo habían apoyado, y el Tribunal Supremo había defendido su legalidad en 1927.
