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Un extraño equilibrio vital

Abastecer de agua potable los crecientes núcleos urbanos y la agricultura es un problema de primer orden. Quizá desalar el mar ayude a paliar la sed

El Día del Agua, que se celebra en todo el mundo el 22 de marzo, ha elegido este año el lema Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano. Y es que la mayoría de la población mundial, unos 3.300 millones de personas, vive en ciudades y su número va en aumento. Asegurar el abastecimiento diario de agua potable y el necesario para las actividades agrícolas e industriales es un reto al que se responde desde distintos parámetros. Uno de ellos es la desalinización de agua de mar, un sistema rentable para conseguir agua potable que ha revolucionado las políticas de agua. En España, la puesta en marcha de las desaladoras incluidas en el programa Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua (AGUA) ha provocado un crecimiento exponencial de la capacidad de desalación de agua de mar. A finales de 2009, según un informe de la consultora DBK, las 1.000 plantas instaladas en España produjeron una media de 3,3 millones de metros cúbicos diarios, un 40% más que en 2008, y se estima que la capacidad ha superado los cuatro millones de metros cúbicos en 2010, un 20% más que en 2009.

Los ecologistas advierten de que el problema real es el despilfarro de este recurso

Estos datos muestran una apuesta clara por estas instalaciones, pero las organizaciones ecologistas advierten de los peligros de jugárselo todo a una carta. La coordinadora del área de agua de Ecologistas en Acción, Erika González, defiende que no se puede considerar la tecnología de la desalinización como una fuente más de agua: "Se debe utilizar cuando no quede otra alternativa y en aquellas zonas donde los ríos y los acuíferos estén sobreexplotados y no esté garantizado el consumo para las personas". González afirma que "hay que apostar por la planificación, porque nada de esto soluciona el problema de despilfarro del agua y entonces desalar no sirve de nada".

Un ejemplo de acuífero sobreexplotado y peligro de desabastecimiento de la población se encuentra en Copiapó, en la III Región de Atacama, Chile. Allí se encuentra una de las industrias mineras de cobre y oro más importantes del país. El acuífero que abastecía a la industria y a la población se ha secado por el descontrol de su uso para la actividad industrial. Ni siquiera está garantizada el agua para el consumo humano. La empresa española Acciona Agua construirá en Copiapó la planta desaladora de Green Valley, con una capacidad máxima de 51.840 metros cúbicos al día, que empezará a funcionar en marzo de 2013. Aunque los ecologistas insisten en que el problema de la falta de agua seguirá acechando si no se pone freno al uso descontrolado de este recurso.

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