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Más fondos contra la malaria, pero demasiadas muertes aún

La dolencia sigue matando al año a 700.000 niños, sobre todo en África.- Las ayudas para combatirla se han multiplicado por 10

La malaria es una enfermedad prevenible que acaba cada año con la vida de más de 700.000 niños y niñas menores de cinco años, informa la ONG Save the Children con motivo de la celebración hoy del día mundial de esta dolencia. El 85% de las muertes producidas por la malaria corresponden a esa franja de edad y en África causa el 20% de los fallecimientos infantiles, lo que representa la vida de un niño cada 30 segundos. La campaña de Save the Children, Todos Contamos para salvar vidas, persigue reducir la mortalidad infantil por enfermedades como la neumonía, la diarrea o la malaria, que son las que más muertes causan en este colectivo.

En el aspecto positivo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), pone de relieve que África, continente donde se registra cerca del 90% de las muertes por malaria o paludismo en todo el mundo, ha dado grandes pasos en los últimos años en el combate contra esta enfermedad. Así lo asegura el informe Día Mundial de la Malaria 2010: noticias actuales de África, realizado por Unicef y la alianza Hacer retroceder el paludismo , fundada por esta agencia de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

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El informe recuerda que quedan poco más de 250 días para que, al final de este año, se cumpla la fecha que se marcó la Secretaría General de las Naciones Unidas para asegurar la cobertura universal de las intervenciones contra la malaria. El estudio señala que el progreso contra el paludismo en África lleva una trayectoria ascendente en los últimos años, ya que entre 2004 y 2009 se multiplicaron por diez los fondos globales provenientes de fuentes externas, con 1.800 millones de dólares (casi 1.350 millones de euros).

Mosquiteras y fármacos

Además, la producción de mosquiteras tratadas con insecticidas en este periodo se quintuplicó (hasta 150 millones) y las provisiones de terapia de combinación basada en artemisinin se multiplicó por 30 (hasta 160 millones). El informe indica que existen numerosas pruebas de que este aumento en la cobertura ayuda a reducir la malaria en algunos países de África, pero subraya que sin fondos previsibles y consolidados la contribución significativa del control del paludismo "podría dar marcha atrás".

De hecho, la financiación global del año pasado se quedó lejos de los 6.000 millones de dólares (unos 4.500 millones de euros) requeridos anualmente por el Plan de Acción Global contra la Malaria para garantizar la cobertura universal de las intervenciones para controlar el paludismo. "Gracias a una sólida colaboración, se han hecho grandes progresos en la batalla contra la malaria, pero todavía queda mucho por hacer mientras niños y mujeres embarazadas sigan muriendo de esta evitable y tratable enfermedad, especialmente en África", afirma Ann M.Veneman, directora ejecutiva de Unicef.

En el sentido de las agujas del reloj: un niño en una aldea africana, una doctora pasando consulta, una mosquitera en un dormitorio y un lector para diagnosticar la malaria
En el sentido de las agujas del reloj: un niño en una aldea africana, una doctora pasando consulta, una mosquitera en un dormitorio y un lector para diagnosticar la malariaEFE
Este vídeo de la ONG Médicos Sin Fronteras muestra las estrategias de combate contra esta dolencia, que cada año mata a 700.000 niñosVídeo: MSF

El caso de Malí: "Nuestros niños ya no mueren más"

Fatoumata no es médico y hasta hace poco cultivaba patatas y maíz en el pueblo Deguela, en el sur de Malí. Cualquier cosa que su familia no necesitara, la vendía en el mercado de Kangaba, el pueblo más cercano. Durante los últimos seis meses ha estado tratando a los niños de su aldea que presentaban casos simples de malaria. Ella es uno de los 66 trabajadores que Médicos Sin Fronteras ha formado y que presta apoyo en las aldeas que rodean Kangaba, informa esta ONG en un comunicado difundido hoy. Hay cerca de 500 niños en Deguela y cada semana Fatoumata visita a los que presentan síntomas de malaria, unos 60. Uno de esos niños, de cinco años, es Kanda Koné. Se sienta en silencio, sus ojos tienen un brillo febril. Tuvo fiebre la noche anterior y esta mañana estaba enfermo, ambos son síntomas de la malaria. Fatoumata hace una prueba de diagnóstico rápido: pincha la punta del dedo de Kanda y aprieta hasta que aparece una gota de sangre que ella atrapa con una pipeta y que deja caer cuidadosamente sobre una delgada tira de prueba. El resultado aparece en unos quince minutos. Dos líneas rojas indican que Kanda tiene malaria y Fatoumata le da su primera dosis de medicina de inmediato. Todos en Deguela aprecian a su ayudante de la malaria, especialmente las madres. Dicen que si sus hijos no se encuentran bien a cualquier hora de la noche, Fatoumata va a ayudarlos. El anciano exclama: "Desde que contamos con ella, nuestros hijos no se mueren nunca más."

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