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El fraude coreano de las células madre resulta ser un logro científico

El escándalo más sonado de los últimos tiempos en la biología, que protagonizó en diciembre de 2005 el coreano Hwang Woo-suk con sus líneas falsas de células embrionarias humanas clonadas, lleva camino de convertirse en un culebrón. Prestigiosos científicos de Estados Unidos y otros países han analizado las células de Hwang y afirman que, si bien no las obtuvo por clonación, sí son células madre embrionarias humanas, derivadas de la división directa de óvulos, un proceso que se llama partenogénesis. Es decir, que el científico coreano hizo algo que nadie había conseguido antes y que supone una importante nueva fuente de células madre embrionarias humanas.

Estos investigadores piensan que Hwang obtuvo estas líneas celulares accidentalmente y no disponía de los métodos para saber lo que eran. No le exculpan del fraude, ya que presentó datos e imágenes manipulados cuando publicó su trabajo en la revista Science en 2004, según las conclusiones de la investigación realizada por la Universidad de Seúl.

Cuando Hwang y su equipo anunciaron que habían conseguido la clonación terapéutica (

sustituir el núcleo de un óvulo por el de una célula cualquiera para dar lugar a un embrión idéntico genéticamente a la célula), lo que provocó un terremoto en el mundo científico y médico fue que se abría la puerta a futuros tratamientos médicos que no provocarían rechazo. De hecho, Hwang utilizó como origen en sus experimentos células de la piel de pacientes con diversas enfermedades para resaltar esta esperanza. En la actualidad, lo que Hwang anunció y resultó ser falso sigue sin existir, lo que impide, por ejemplo, que los investigadores españoles se puedan aprovechar de la nueva ley que permite la clonación terapéutica.

La opción de obtener embriones directamente de óvulos (a través de un proceso de estimulación) y de ahí derivar células madre resulta interesante, porque parece ser un proceso más eficiente que la clonación y tampoco producirían rechazo en las donantes de esos óvulos. Un inconveniente, reconocen los científicos, es que sólo serían útiles en mujeres y otro todavía mayor es que no se sabe si los tejidos derivados de estas células madre funcionarían normalmente o provocarían enfermedades como el cáncer. Sin embargo, este último inconveniente es común a toda el área de investigación con células madre, que está resultando mucho más difícil de lo que muchos creían.

Para los hombres sería posible obtener embriones de sus células sexuales (los espermatozoides), pero los datos indican que este proceso es tan ineficiente como la clonación terapéutica.

'Firma genética'

Con su trabajo, que publican en la revista Cell Stem Cell, Kitai Kim y George Daley, del Children?s Hospital de Boston, y colegas como Rudolf Jaenisch y Roger Pedersen, de otras instituciones, los autores no sólo creen haber aclarado en parte el escándalo coreano, sino que presentan una nueva herramienta para caracterizar células madre. Han hallado que una firma genética distingue tanto en ratones como en humanos a las obtenidas por partenogénesis de las obtenidas por clonación.

Según Daley, aunque no se ha hecho público, algunos científicos ya han conseguido células humanas por partenogénesis desde el anuncio de Hwang, quien, por ahora, no ha hecho declaraciones.

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