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El hallazgo de diferencias en el cerebro de los homosexuales reabre una eterna polémica

Los resultados de¡ trabajo publicado ayer por la revista Science que encuentra, por primera vez en humanos, claras diferencias entre el cerebro de homosexuales y heterosexuales han reabierto una de las disputas más antiguas de la humanidad: ¿Los homosexuales nacen homosexuales o su atracción por su propio sexo es una cualidad circunstancial? Simon LeVay, neurocientífico del Salk Institute de San Diego (California) y autor de la investigación, cree haber encontrado un minúsculo nódulo en el hipotálamo tres veces mayor en los heterosexuales que en los gays varones.

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Posturas encontradas

Durante su investigación, el científico norteamericano ha descubierto que ese nódulo -del tamaño de un grano de arena- contiene unos poco miles de células nerviosas y que existe una gran similitud entre el nódulo de los homosexuales y el de las mujeres. Algunos neurocientíficos piensan que el descubrimiento de LeVay, si llega a confirmarse, es muy importante porque representaría la primera diferencia fisiológica que se descubre entre los varones con tendencias sexuales diferentes. LeVay cree que el tamaño de este nódulo es congénito y que con el paso de los años tiene una influencia sexual determinante.Aunque LeVay no cree que sus descubrimientos puedan responder a la pregunta de si los homosexuales nacen ya con esa tendencia, considera que sí puede ofrecer una explicación biológica a por qué esa es una condición que se presenta prácticamente en todas las colectividades humanas.

Los neurocientíficos saben desde hace muchos años que determinadas células localizadas en el hipotálamo regulan el comportamiento sexual de los seres humanos y que las estructuras donde se hallan localizadas esas células son mucho mayores en los hombres que en las mujeres. Algunos experimentos desarrollados con monos han demostrado que la alteración de estas células influyen directamente en el comportamiento sexual, pero no alteran las inclinaciones sexuales.

Fallecidos por sida

El estudio de LeVay se ha desarrollado con los cerebros procedentes de 41 autopsias de homosexuales y heterosexuales -varones y hembras- fallecidos en diferentes hospitales de Nueva York y California. 19 cerebros procedían de varones homosexuales que fallecieron por complicaciones provocadas por el sida; otros 16 eran de heterosexuales varones, de los que seis eran heroinómanos fallecidos a consecuencia del sida. Los seis cerebros restantes eran de mujeres también fallecidas a causa del síndrome de inmunodeficiencia.

Esta investigación ha podido realizarse porque desde la aparición de esa pandemia, los bancos de órganos norteamericanos han puesto a disposición de los científicos cerebros de personas fallecidas a consecuencia del sida en un intento de avanzar tanto en el conocimiento del virus como en la búsqueda de una vacuna.

De momento, el trabajo de LeVay deja en entredicho la teoría de que es la sociedad y determinadas circustancias lo que marca el comportamiento sexual de los varones y abre la incógnita sobre si la homosexualidad es o no un factor hereditario.

El descubrimiento de LeVay ha sido bien acogido por la American Psychiatric Association (APA), donde siempre se ha mantenido la teoría de que el homosexualismo tiene una justificación genética, más que social", según ha declarado Richard Isay, un siquiatra del Cornell Médical College y presidente del comité de la APA que estudia temas relacionados con los gays, las lesbianas y cuestiones relacionadas con la bisexualidad. La APA fue la asociación que consiguió eliminar la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en EEUU, un logro que no se alcanzó hasta 1973.

Cautela

Otros científicos se han mostrado muy cautelosos y han señalado que no creen que el encontrado sea el único factor físico, ya que probablemente las hormonas también influyen. Un neurofisiólogo ha indicado que quizá la diferencia de tamaño sea el efecto y no la causa de la homosexualidad.

El propio LeVay cree que la variación del tamaño del hipotálamo procede de la etapa embrionaria pero reconoce que no se sabe si está determinado genéticamente o por las fluctuaciones durante el embarazo de determinadas hormonas.

Durante la mayor parte de este siglo la homosexualidad tuvo una explicación psicológica que consistía en la "falta de unidad" entre la madre y sus hijos varones y un desajuste emocional profundo, según la teoría freudiana.

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